Bunga, Beshte y Ono estaban dándole compañía a Azaad, se veía como la necesitaba para poder hablar de lo que pasó con Fuli."¡Vamos!, debió ser un mal entendido" Beshte le dijo, todos trataban de animarlo.
Azaad negó con su cabeza, "Yo creo que la perdí, a mi única amiga".
Los chicos se miraban entre ellos, era la primera vez que veían a Azaad triste, más bien estaba destrozado. Ellos se sentían mal porque creían que en él y Fuli había una muy linda pareja.
"Fuli tiene un carácter duro, pero un buen corazón, debe estar más tranquila ahora" Ono dijo.
Bunga le agarró el hombro a Azaad para alentarlo, "No te preocupes, yo te ayudaré a conquistar a Fuli, nadie la conoce mejor que yo". Beshte y Ono se miraron no tan convencidos si eso sería una buena idea.
"Tal vez tengas razón", Azaad estaba luciendo más como Azaad y entonces le preguntó a Bunga si por la noche se podía quedar con él a descansar.
Bunga asintió, "Por supuesto, ya te dije que puedes quedarte el tiempo que quieras conmigo... y Binga".
"¿Pasó algo en tu territorio, Azaad?" Ono le preguntó.
"¿Qué no lo saben?" Bunga gritó. Azaad lo trataría de callar, pero era demasiado tarde. "Él lleva un buen rato viviendo por acá para así estar más cerca de Fuli, pero me pidió que no se lo dijera a nadie así que deben mantener el secreto".
Azaad se tocaba la cabeza y cerraba los ojos mientras escuchaba como su reputación se desasía.
"Vaya, con más razón te apoyaremos, amigo" Beshte le dijo.
Azaad sin darse cuenta sonrío y les bajó la cabeza en señal de agradecimiento.
Kion y Fuli habían llegado al gran Árbol de la Vida, al entrar los recibió Nirmala que se alegró al enterarse que Fuli los acompañaría a cenar.
Baliyo y Surak se encontraban sentados conversando y al notar que Fuli estaba en el árbol la fueron a saludar y amablemente hicieron sentirla como en casa.
Al ver que Fuli ya era atendida por los otros leones, Kion se acostó para descansar un poco del agitado día que tuvo, sus ojos los tenía cerrados y estaba quedándose casi dormido, pero notó que alguien se acercaba y levantó la vista para verlo. Se dio cuenta que era Rani y la saludó casualmente.
"Parece que fue exitosa tu reunión de hoy, ¿verdad?" dijo Rani.
"Eso parece" Kion trató de responderle amablemente y se puso de pie. Rani entonces asintió al escucharlo aunque no lo voltearía a ver, ella se dirigiría a donde estaba su familia mientras Kion la seguía, viéndose algo molesto, pensando que Rani no le había puesto atención a propósito.
Rani bostezaba mientras caminaba, al llegar con los demás, se dio cuenta que Fuli estaba en el árbol por lo que tuvo que cambiar su cara de cansancio y verse feliz, igual a como lo hacía con el resto de sus súbditos, "Amiga, me da gusto verte por aquí" le dijo a la chita.
Kion se le atravesó y se puso al lado de Fuli, "La invité a cenar, espero que no te moleste".
Rani frunció el ceño, "No, no, fue una buena idea... por fin una buena idea".
Ambos leones sutilmente se estaban retando con palabras, ellos llevaban toda la semana haciéndolo, parecían competir por ser el más molesto de la relación.
Fuli al darse cuenta que estaban enojándose asomó su cabeza entre los dos, "Muchas gracias, Rani", le mostró su sonrisa.
Rani se dio cuenta que estaba perdiendo el control por lo que rápidamente le regresó la sonrisa. "Bueno, vamos todos a cenar, acompáñame, Fuli", se interpuso entre Kion y su invitada y empujó amistosamente a la chita para que la siguiera mientras comenzaba a hacerle plática.
Después de una gran cena, Fuli notó que afuera ya era completamente de noche por lo que se levantó para comenzar a despedirse de todos. Ella le preguntó a Kion si no tenía algo que decirle a Rani.
Al oír su nombre, la reina volteó a ver a Kion algo confundida y también él la voltearía a ver con una sonrisa de cachorro esperando conseguir un permiso para jugar. En realidad sí era eso lo que quería pedirle, aunque sus expectativas de conseguirlo no eran tan altas.
"Bueno, creo que mereces un día de descanso" murmuró. Ella dudaba que fuese una buena idea, pero al notar el entusiasmo de Kion y que todos estuvieran esperando una respuesta para él, la terminaron convenciendo.
Kion y Fuli estaban muy emocionados, pegaron sus cabezas para darse un pequeño abrazo lo que hizo a Rani enfadar, aunque guardó su compostura, como una reina tenía que hacerlo.
Antes de irse, Fuli le dio las gracias a Rani. La leona entre dientes asintió, detrás estaba Kion que simplemente sonrió para decirle adiós a Fuli. Ella soltó una pequeña carcajada viendo fijamente a su amigo mientras se despedía de los dos leones.
Para que el día de mañana dejara todo en orden, Fuli se dirigió con el hermano de Rani a pedirle un favor, "¿Baliyo, no te importaría tomar mi lugar en La Guardia mañana?" le preguntó al joven león. Él le sonrió, con gusto le aceptaría el favor, no sería un gran reto patrullar doble turno durante un día mientras el reino siguiera así de tranquilo. Fuli se lo agradeció y finalmente se fue corriendo.
También los leones de la Manada Nocturna tenían que dejar el árbol para comenzar su patrullaje por lo que se despidieron de sus reyes.
Kion y Rani se habían quedado solos, en silencio. Después de un rato, Kion decidió hablar dandole las gracias a Rani y ella lo miró sonrientemente, "Te lo mereces, amor". El león se sorprendió por la forma en que Rani lo estaba tratando ahora, porque bueno, ninguno de los dos se había comportado cariñosamente con el otro en un par de días. Kion se animó a acercarse a ella para besarla, aún así, Rani lo apartó y le volvió a sonreír, "Solo que hay una condición" le dijo.
"Te escucho", él se encogió de hombros.
"Quiero que el día de mañana lo pasemos juntos" ella al decirlo le dio un abrazo.
Kion se había quedado con una expresión de angustia por lo que le pensaba responder. Pero ese momento lo tenía que disfrutar por lo que le daría unas caricias a Rani para así quedarse un rato más abrazados.
Al separarse, Kion miró a Rani nerviosamente, "Amor, no me lo tomes a mal por favor, pero también quiero descansar de ti". Rani se quedó muda. "¿Amor?" Kion dio un paso hacía atrás con la esperanza que no hubiera respuesta, pero Rani cambió de expresión, ella estaba furiosa e incrédula, y gritando le exigió que explicara a qué se refiere con eso. "No quería hacerte enojar, por favor escúchame, mi corazón" un temeroso Kion le dijo.
Rani se calló y lo miró sin ocultar su ira.
Kion tragaría saliva para hablar, "Quiero volver a mi hogar unos cuantos días, ver a mi...".
"¡Tardarías semanas en llegar!" Rani gritó.
Kion dio otro paso hacia atrás, "No, recuerda que Fuli conoce el atajo, solo serían unos ocho días de ausencia".
Ese era el problema, Rani no le permitiría que estuviese con Fuli solo tanto tiempo, pero se abstuvo a decírselo. Además, Kion como rey no podía estar ausente en ese momento ya que la temporada de sequías estaba por comenzar y tendrían unos días muy atareados.
"No, Kion, no puedes ir" Rani se lo dijo a secas esperando poner fin a la conversación para poder descansar.
Él estaba internamente muy enojado, desilusionado, estaba dando fuertes respiraciones y se rascaba la cicatriz del ojo, "¡Olvídalo!, ni siquiera sé por qué te pido permiso, sí voy a ir" Kion le gritó y decidió darse la vuelta para marcharse.
"¡Soy tu reina, Kion!" dijo Rani.
No hubo respuesta, Kion ya se había ido.
Rani se quedó estática por un breve momento, su semblante iracundo comenzó poco a poco a caer, "Pero que acabo de hacer" susurró.
ESTÁS LEYENDO
El Corazón de una Chita
Fiksi PenggemarYa ha pasado tiempo desde la última vez que hemos visto una aventura de la guardia del león, ahora tienen una nueva vida precisamente en el árbol de la vida que será contada en esta historia. Fuli al igual que los demás ha tenido que modificar su ru...