Capítulo 19: ¡Sorpresa!

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Kion veía como Azaad se alejaba más y más. Confiaba que Fuli estaría en buenas manos y lograría tener una familia; además, él podría volver con la suya, en las Praderas.

Eso al menos lo motivó a creer que no todo estaba perdido. Kion se levantó y dio la vuelta para dirigirse al cañón, ya no tenía tiempo que perder y comenzó a correr lo más rápido que podía como si aparentara imitar los movimientos que vio de Azaad. 

Pero eso solo le hizo perderse. Mientras corría, Kion veía que algo extraño estaba sucediendo. No recordaba que hubiera un cañón en el camino al reino la última vez que fue. "Camina derecho" se decía a si mismo. Eso era imposible, varios senderos estaban enfrente de él. Kion miraba detenidamente cada uno de ellos, se preguntaba cuál debía elegir, "Supongo", decidió tomar el más estrecho y técnicamente el más derecho que estaba de su camino. Ni siquiera tuvo tiempo para correr cundo se volvió a detener, "Aaah, ¡sin salida!", estaba hartándose de caminar todo el día.

"Ya te estábamos esperando", una voz ronca lo llamaba por detrás e hizo que Kion se pusiera a la defensiva. De las sombras, Makucha revelaba su presencia.

"Ya estoy en mi exilio, ¡ahora déjame en paz!" Kion le gritó.

Makucha, otro paso dio y le habló, "Solo quería asegurarme, pero ya que estamos aquí, los tres debemos ajustar unas cuentas pendientes".





La Guardia se encontraba paseando por el ecosistema selvático, delante de todos estaba Fuli, mucho más alegre de lo normal. Bunga y Beshte sospechaban que algo raro, pero ciertamente bueno le estaba pasando a su amiga y se acercaron a ella.

"¿Todo bien, Fuli?, te vez nerviosa" Beshte dijo.

"Sí, ya cuéntanos cuál es la noticia que nos querías dar" Bunga agregó.

Anga, que estaba volando a la altura de los árboles descendió para aterrizar enfrente de Fuli, "Es una sorpresa, Azaad también debe estar con ella" dijo el águila.

Bunga se puso celoso, Anga sí sabía de que se trataba esto y él no.

Beshte entonces se colocó al lado de Fuli y le sonrió, "Por favor, Fuli, te prometemos no decir nada".

Fuli, que seguía sonriendo, le hablaría muy dulcemente como lo estaba haciendo con todo el mundo desde la mañana, "Confío en ti, Beshte, pero en cambio con mi otro amigo...".

Bunga, al escucharla, corrió hacia ella para abrazarla bruscamente mientras la instaba a hablar "¡Vamos Fuli!, te prometo guardar el secreto, seré una tumba". Después de un minuto de suplicas Fuli logró zafarse de Bunga y mientras se sacudía todo el cuerpo aceptó contarles.

Bunga brincó de la emoción, pero Fuli lo volteó a ver con su cara de mamá y le advirtió que si se le ocurría dirigir la palabra a Azaad antes de que ella lo hiciera se aseguraría que fuese comida para hienas.

Bunga aceptó la condición, "Relájate, no saldrá ni una palabra de mi boca, promesa de tejón melero" sonriendo se lo dijo.

Fuli aparentemente le haría caso, aunque comenzó a sonrojarse, "Bueno... al parecer Azaad y yo seremos papás".

"¡Qué!", Bunga no podía cerrar la boca por lo que acababa de oír mientras que Fuli reía a carcajadas disfrutando verlo tan confundido.  





Azaad corría a toda velocidad hacia el Árbol de la Vida, pero su mente estaba en otro lado. Rogaba que el leopardo no hiciese algo estúpido, aunque se justificaba que Kion se lo tendría bien merecido por haber traicionado a la Reina Rani.

Azaad peleaba consigo mismo. Él sabía que Rani tampoco fue buena con Kion, "Pero ella lo sigue amando" se dijo a si mismo. "Te dices leal al reino y a Rani, pero no haces el intento de unirlos" Azaad se gritaba mientras seguía a paso veloz, "Si le pasa algo malo a Kion, Azaad será culpable... si le pasa algo malo, Fuli jamás perdonará a Azaad".

Azaad debía aceptar que Kion siempre lo había tratado como un amigo. Fueron sus celos los que lo llevaron hasta ese punto y sabía que estaba cerca de hacerle un daño aún mayor al que él había recibido por parte del león.

Azaad dio un derrape para detenerse y tomar aire, después de la corta pausa continuó corriendo, pero esta vez en dirección contraria, "Azaad debe volver y ayudar a Kion".

Ono llegaba volando hacia él, la garceta tenía que aletear lo más fuerte posible para poder alcanzarlo, "¡Azaad, espera!" le tuvo que gritar para que el chita se diera cuenta que le llamaban y sin dejar de correr, este miraría al cielo para verlo. "Azaad, te estábamos buscando, Fuli ya regresó de su viaje y necesita verte, debe contarte algo importante" Ono le dijo.

Azaad mantenía el ritmo, seguía corriendo a dirección de las Lejanías "¡Ono, no hay tiempo que perder!, Kion está en problemas y debo ir a ayudarlo".

"¡Hapana!, ¡Kion en problemas!" Ono le respondió alarmado. Azaad rápidamente le contó todo lo que probablemente pasaría, "De inmediato avisaré al resto de La Guardia, iremos tras de ti" Ono se lo aseguró.

"Bien, ¿todavía recuerdas mi atajo para llegar a las tierras del reino?" Azaad preguntó.

"Afirmativo", Ono pegó otros fuertes aleteos para no quedarse atrás de Azaad.

"Habrá un cañón que te saca de ese atajo, Kion estará allá", al terminar de hablar, Azaad utilizó su verdadera velocidad anulando cualquier posibilidad de que Ono le siguiera el ritmo.

Los dos tomaron sus respectivos caminos para así cumplir con la misión.

El Corazón de una ChitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora