Capítulo 7: Conflictos

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Fuli comenzaba a estirarse, eran los rayos del sol de la mañana los que la obligaron a abrir sus ojos y empezar a mirar tranquilamente su alrededor. Ella se sentía desubicada por lo que se talló los ojos para tener una mejor visión.

Azaad estaba de pie, a un lado de ella y dulcemente él le dio una caricia a su frente, "Buen día, Fuli, ¿cómo te sientes?" le hablaba cariñosamente.

Fuli parpadeó varias veces y volvió a tallarse los ojos.

"Azaad va a cazar, ¿quieres algo especial para desayunar?".

Fuli negó con la cabeza, ella se sentía confundida, no recordaba cómo había terminado en los pastizales y sobando su cabeza trató de recordar todo lo que había hecho la noche de ayer.

Azaad comenzaba a retirarse para ir a cazar cuando Fuli llegó a recordar partes de la madrugada pasada. Ella se levantó y miró con preocupación a su amigo, "Azaad, ¿de verdad lo hicimos?".

Él se dio vuelta algo extrañado, "Aaah, si te refieres a eso... pues sí", le sonrió inocentemente. Azaad se acercó a ella para tiernamente mirarle su rostro, "Fuli, yo...", pero se dio cuenta como los ojos de Fuli no lograban quedarse fijos, poco a poco unas cuantas lágrimas salieron de ella.

"¡Cómo pudiste!" Fuli le gritó.

La sonrisa de Azaad desapareció.

"¡Tú te aprovechaste de mi celo!", Fuli actuó a la defensiva, agresiva, estaba tensa; lo que por tanto tiempo evitó con tristeza que ocurriera, pensando que así podría decidir por si misma su camino, pudo haber sido destruido por alguien que tanto quería. Se sentía traicionada y comenzó a llorar como nunca antes lo había hecho frente alguien por su desesperación, lo que hizo que Azaad se asustara al extremo.

Él comenzaba a temblar, ¿qué había hecho para que sufriera de esa forma?, no podía entenderlo, "Fuli, por favor no llores, Azaad no soporta verte así, ¿hice algo mal?", sus palabras salían por instinto, le imploraba con desesperación que se lo contara.

Fuli se limpiaba sus lágrimas buscando tranquilizarse, "Es verdad lo que dices, Azaad" dijo, él trató de acercarse a ella, pero Fuli se lo impidió, "Los chitas debemos estar solos", le dio a Azaad la espalda tras decirlo, no lo quería ver ni oír, así que comenzó a correr sin una dirección aparente, a una velocidad tan rápida que no duró mucho en perderse ante el sol.


Pasaron varios días, La Guardia había estado muy agitada lidiando con algunas desapariciones de animales. Kion estaba al frente del equipo, se le veía bastante preocupado por no ver a Fuli desde aquella noche y todos lo notaban.

"Tranquilo, Kion, hace un par de días la vi vigilando a Makucha, por eso no está con nosotros" Anga le dijo.

Él apenas se enteraba de esa misión, pero en vez de tranquilizarlo, lo puso realmente nervioso el pensar que ese leopardo le pudo haber hecho algún daño a Fuli. Kion estaba enfadado ya que nunca dio esa orden, él nunca la daría porque siempre había creído que La Guardia no se debía de separar.

Atrás de todos, inesperadamente llegó Rani a la que se le veía igual de molesta , ella fue directamente hacia Kion por lo que los chicos, un tanto nerviosos, le abrieron camino para que se acercara a su esposo.

Kion no se daba cuenta de esto, pero volteó para ver por qué todos se detuvieron. Brincó algo asustado al ver por sorpresa a Rani enfrente de él.

Kion sabía perfectamente porque ella estaba allí y la razón de su enfado, él debía de estar en las negociaciones para la repartición de alimentos del reino, "¡Como rey es tu obligación crear esos acuerdos!" Rani le gritó fuertemente.

Kion trató de tranquilizarla, no era la primera vez en la semana en que saltaba alguna labor real para poder patrullar con La Guardia donde él sentía ser más útil para el reino.

Kion tragó saliva, "Corazón, estamos investigando la desaparición de varios animales, es sumamente importante para la seguridad del Árbol de la Vida y...".

Rani no cambiaba de semblante y lo interrumpió, "¡Tú lideras algo más que solo La Guardia!, ellos y la Manada Nocturna sabrán encargarse perfectamente de esto".

Kion dio un vistazo rápido a los chicos que escuchaba silenciosamente la conversación, estaba siendo humillado, así se sentía. Apretó los dientes y miró a  Rani para pedirle hablar en privado.


"Por favor, no te comportes así enfrente de mis amigos" Kion le dijo en un tono serio.

Rani se sentó, "Debía ser clara con las obligaciones que tú tienes que tomar, Kion".

Mientras tanto, Kion se movía de lado a lado para hablar, "¡Sí me tomo en serio mis obligaciones!, pero esto es muy importante, yo... estoy muy preocupado por Fuli, no ha patrullado con La Guardia en mucho tiempo".

Rani cerró sus ojos y movió su cabeza como si estuviera negando algo, al abrirlos dio una respiración profunda, "Ella está en un trabajo especial, yo misma se lo encargué". Kion paró entonces de moverse y vió directamente a los ojos de Rani, lo que le hizo a ella enojar, "Tengo que destacar que Fuli sí es un miembro de La Guardia responsable, no como tú".

"¡Por qué la mandaste sola!, La Guardia siempre debe estar unida" Kion, molesto, se lo señaló.

"Oye, Fuli puede cuidarse sola, sabe estarlo, es una chita" Rani respondió.

Kion se enfadó al escuchar eso y le dijo a su reina que tendría que irse.

"¿Y se puede saber adónde?", ella también estaba comenzando a molestarse en serio.

"Debo saber si Fuli se encuentra bien", cuando Kion decidió moverse, Rani se interpuso en su camino, ella en un tono desinteresado le prometió que enviaría a Baliyo o Surak a buscarla.

"Te recuerdo que mañana tendrás una reunión con los pingüinos" Rani le informaba a regañadientes.

Kion le dio un empujón para poder seguir caminando, "Ya estoy harto" susurró cuando estuvo alejado de ella.

"¿Qué fue lo que dijiste?" Rani le preguntó.

Kion respiraba con fuerzas para calmarse e intentó sonreírle, "Nada, volvamos a casa".

El Corazón de una ChitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora