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(Narrador Omnisciente)

Un pelirosa y un azabache, habían terminado de cenar hace 15 minutos. En esos momentos estaban sentados en el sofá más grande del departamento. Estaban platicando muy amenamente, se sentían completos con sólo tenerse cerca.

Aunque el Alfa se moría por abrazar al pequeño y su lobo le rogaba por hacerlo, si así es, el lobo del Alfa se había mantenido muy atento desde que el Omega entró al departamento. El azabache sentía que debía controlarse y llevar todo como hasta ese momento.

- Hyung - Llamó el pequeño Omega al Alfa - ¿Qué pasará cuando el cachorro nazca? Sabe que... no es mío ¿Verdad? - El pequeño pelirosa pregunto con un deje de temor, no quería alterar la tranquilidad que hasta ese momento estaban teniendo.

Por otro lado el Alfa, sabía que ese tema saldría en cualquier momento. Así que suspiró y tomó las manitas del menor entre las suyas, para luego proseguir a hablar.

- Pequeño - Llamó, el Omega le prestó toda su atención así que el azabache siguió - ¿Me permites? - dijo señalando el pequeño bulto en el vientre del Omega. Este último llevó su vista hacía su pequeño bultito y llevando una de las grandes manos del pálido la posicionó en su vientre y sonrió cuando sintió la mano del mayor sobre su vientre. Se sentía muy bien y una sensación muy cálida se asentó en su pechito.

Por otro lado el Alfa, casi se le salen las lágrimas al sentir a su pequeño bebé dentro de ese bultito que aunque era muy pequeño sintió muchas emociones alberbar su interior y a su lobo aullar de felicidad al saber que su cachorro estaba protegido por su Omega.

- Esto.... esto es increíble. Aquí está mi cachorrito - El Alfa no aguantó más y derramó pequeñas lágrimas de felicidad, acariciaba la pequeña pancita del Omega y sonreía de felicidad e ilusión.

El Omega dirigió sus manitas hacía el rostro del Alfa y limpió sus lágrimas con una cálida sonrisa en su rostro, al ver la emoción que albergaba al mayor.

- Gracias Minnie. Tú me estás dando el mejor regalo del mundo. No.... tú ya eres un regalo para mi Jiminie, tú eres lo mejor que me ha pasado en toda mi vida. Nunca me dejes Jiminie, quédate junto a mi siempre por favor.

Y sin importar el hecho que quería esperar, sin importar que quería llevar todo a su debido tiempo, sin importar nada. El mayor abrazo al Omega y enterró su rostro en el pequeño vientre del menor, repartió miles de besos en el bultito, mientras sus manos descansaban en la pequeña cintura del pelirosa.

El Omega estaba impactado, pero rápidamente sus emociones pasaron a calidez y cariño. Llevó sus manos a las hebras azabaches del mayor y los acarició de manera lenta y cálida.

Así pasaron un largo rato, ninguno supo en que momento llegaron a quella posición, pero lo disfrutaban y sentían sus corazones latir al mismo tiempo, sus lobos ronroneaban por la cercanía y ellos solamente se dejaban ser.

El Omega estaba sentado en el sofá con las piernas abiertas y el Alfa posicionado en medio de ellas con su rostro recostado a un lado del vientre del menor, mientras una de sus manos se posaba en la espalda baja del menor y la otra estaba sobre el vientre.

Estaban relajados y felices y eso era lo único que importaba.

- Jiminie - Llamó y el Omega sólo hizo un sonido con su boca indicando que lo escuchaba - Yo... yo quiero que criemos al cachorro juntos, tú y yo. Que lo veamos crecer aquí dentro, que lo veamos nacer, que estemos con él o ella en su crecimiento. Quiero que tú puedas decirle siempre que eres su papi Omega. No quiero a nadie en mi vida que no seas sólo tú Minnie no quiero a nadie en la vida de mi cachorro que no seas sólo tú con... Nuestro cachorro. Quédate con nosotros siempre Jiminie, por favor, quédate conmigo y nuestro bebé.

DULCE VIENTRE. ~ Yoonmin~ (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora