Dos Versiones... Un sentimiento.

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No seas cruel,
déjame darte cariño, cuidarte y hacerte sentir bien.
¿Cuánto más te vas a resistir?
¿Semanas? ¿Meses?
¿Un año, quizás?
No me rindo, no dejaré de insistir
porque un día lograré que te rindas
que dejes de luchar, ese día más que caricias te voy a dar.

No soy cruel,
Y estoy afable porque me des cariño
porque me cuides y me hagas tanto bien.

No es que me resista
solo estoy siendo precavido
de no ser tan dependiente de ti
de hacer que mi piel no tenga memoria
y que tus caricias no queden grabadas en ellas.

Me da miedo que vengas
que seas solo una nómada
y no te quedes mucho tiempo
en el territorio de mi cuerpo.

Te has resistido a mis avances, no lo niegues
cuando me acerco me esquivas,
cuando te toco, te sueltas
¿Acaso no es resistirse?
No deseo ser nómada,
para mí, tú eres mi hogar,
tal vez el pasado te ha dejado huellas difíciles de borrar,
tal vez, esa manera cauta de verme es tu defensa.

Soy persistente, no me rendiré.
No te dejaré esquivarme,
mucho menos que llegues a intentar olvidarme,
estaré siempre a tu lado,
con la esperanza hacerte olvidar lo malo,
trabajaré continuamente,
cada segundo del día
hasta que al final, no te resistas.

Quizás mi cuerpo tenga recelo
active su mecanismo de autodefensa
en otro tiempo era extremista
se inmolaba por otra piel
creyendo que hallaría el paraíso.

Tal vez, haya creado un fuerte muro
que no deja que vayas más allá...
tal vez, debes rodearlo
darles vueltas
y quizás un día cualquiera
caigan sus cimientos.

¿Hogar?
Algo más allá de cuatro paredes,
lugar cálido,
fortaleza de protección
o solo la vaga ilusión
de tener un techo que te proteja
Físicamente, ¿pero mi interior?
¿Quién lo protegió?
¿Quién le enseñó lo necesario
para soltar alguna expresión de amor?

¿Miedo?
Sí tengo miedo
que me acostumbré a ti,
a que te instales en mí,
y luego cualquier madrugada te vayas
a escondidas, sin dejar una nota de despedida.

Rodear tus cimientos es fácil,
pero seguirán allí, no quiero eso
prefiero persistir y derrumbar lo que nos separa,
cuando ellos finalmente sean derribados; seré yo la que no tendré miedo.

Sí, miedo a que te escondas de mí nuevamente,
tal como antes, tal como ahora.

Eres mi hogar aun cuando lo quieras negar,
porque un hogar no es sólo un techo, cuatro paredes de concreto,
es lo que se vive dentro,
Los afectos y el cariño verdadero.
Soy tu hogar y tú el mío.

No puedo sólo tatuar mi piel con el aroma de tú ser y pretender que no estés,
descuida no lo haré,
no partiré del lecho, porque llegar allí me está costando esfuerzo.
No seas cruel y déjate querer de una vez.

Lospmar y Mariángeles

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