En la oscuridad de la habitación disfruto de los instantes de
tranquilidad y paz, una momentánea, frágil como el las hojas secas al caer. Pero ellas son libres, aun cuando no lo parece, se van flotando con las corrientes de aire, lejos muy lejos...
Desde que tengo uso de razón, he vivido con la sensación de una vida ajena, adecuándome a los parámetros de ésta sociedad vacía, materialista y cruel. Pero no alcanza, no es suficiente.
He sentido en carne viva la opinión de quienes no comparten mi postura ¿En qué les afecta? ¿Quiénes son ustedes para dirigir mi vida? ¿No bastó con los años de represión obligatoria en el sistema de un
orden denominado "normal"? ¿Acaso es un crimen?
Encontré el amor en quién se supone no debería, luché y me
esforcé tanto, pero todo acabó en un instante. Sólo bastó un segundo, una elección de quienes no comprenden lo diferente. Acabaron con todo, allí esa noche de luna llena, vi su rostro bañado en sangre, con mirada fría y sin vida. Lo alejaron de mí.
¿¿Cuánto más?? Personas sin escrúpulos, sin corazón o una
pizca de aceptación se llevaron su vida. Se atrevieron a decir que es por el bien mayor ¡¡¿¿Cuál??!! Son crueles, abusivos...
Es libre de su cárcel terrenal, pero me has dejado en este infierno
llamado vida. Puedo seguir intentando rehacerla, pero ellos
volverán, terminarán lo que de forma improvista no lograron.
No son los golpes, no son las palabras, es simplemente la idea errónea de suponer que no somos personas, sólo por amar a quienes según ellos no debemos.
Mariángeles
