Hace tan solo unas horas que me despedí de mi familia y me dirigí a la embarcación con destino a otro país. Subí a la embarcación con la certeza absoluta de unas vacaciones inolvidables ¡Vaya que lo serían! No para mí, por supuesto.
Recuerdo las últimas palabras que recibí de mi padre — Diviértete mucho, sé responsable y no olvides llamar — ¿Quién diría que sería la última vez que lo vería?
Ahora, eme aquí con la certeza absoluta de que mi tumba será el mar, con la lluvia inclemente se encuentra en su apogeo y las olas de altura inimaginable golpean el barco, sólo puedo pensar ¿Cómo hará mi familia al saber que jamás volveré a casa?
— ¡¡Todos tomen un chaleco salvavidas!! — escuché al segundo al mando ¿Acaso no se dan cuenta de que nos llevó al ojo de un huracán?
Desde mi posición, puedo observar a todos correr de un lado para otro. Tomando las cosas materiales que no tienen valor alguno realmente.
— Señora, su chaleco — El segundo al mando deja en mis manos la vestimenta naranja.
— Gracias — es lo único que puedo decir.
Dentro de mí algo se rompe, no veré a mis hijos crecer, no veré a mis hermanos ser padres o a los mios ser un dolor de cabeza por consentir de más a los niños.
Relámpagos y truenos
Las olas continuaron azotando.
— ¡¡Perdimos los motores, estamos a la deriva!!— escuché al capitán gritar con desespero.
Y entonces la lluvia empieza a cesar, cómo si de la nada Dios nos entrega una última oportunidad de vivir ...
— ¡¡¡Ola a la vista!!! — dijo alguien.
La fuerza del golpe impulsa mi cuerpo por la baranda. Mi cuerpo golpea el agua, para después hundirme, nado con desespero, sin embargo una última ola me arrastra al fondo del mar.
Mariangeles💖