Sin Opción
No me creo superior, tampoco creo en la redención de quién pasó el tiempo suficiente creando un mundo imaginario en el cuál era el autor principal de desdicha en un hogar colmado de tristeza y apariencias. ¿Otra oportunidad? ¿Cuántas más vas a necesitar y cuánto tiempo sientes que te debo? Brindé amor, comprensión y en ocasiones confianza ciega.
No deseo resucitar el Lázaro, el pasado me enseñó a no mirar para llorar, al menos no de dolor. Sigue tu camino y no lo entrelaces con el mío, no deseo oscuridad, soy libre y mi orgullo no permite caminar hacia atrás...
Observa mi alegría, gozo de la libertad, de luz que brilla con fervor, asume la responsabilidad, al menos en ésta ocasión.
Posiblemente otra alma ilusa crea la plampalía de tu existencia, o puede que al menos una vez, no des excusas sin sentido.
La madurez viene con el conocimiento y las vivencias, con los errores y aciertos, algunos para bien, otros para mal, unos cuantos más que son olvidadas debido a su poco impacto en la vida.
No te guardo rencor, pues eso significaría que todavía estás presente; tampoco siento amor, pues eso murió con las repetitivas oportunidades otorgadas.
Mirándote de frente sólo puedo decir, que todo tiene un principio y un fin. No fuiste ni serás una historia o relato más, pues sólo se relata lo que realmente llega a marcar la existencia misma.
Mariángeles