Promesa

Bienvenida

─¡Chicos, a que no adivinan a quién encontré!

El refugio Shane se quedó en silencio por un par de segundos: todos pensativos. Luego de semanas de ver a Eli en un estado casi depresivo, ¿quién podía alegrar a su líder de esa manera?

─Buenos días, amigos míos ─saludó en asiático haciendo una breve reverencia, dejando paralizados a los tres miembros de la banda.

"Oh, claro. Él podía", pensó uno de ellos.

─¡¿Junjie?! ─exclamaron felices el par no humano del grupo, sin embargo, la pelirroja seguía ausente.

Eli se extrañó por esto, pero rápidamente volvió a enfocarse en los otros que, sin pena alguna, aplastaban al recién llegado en un asfixiante y conmovedor abrazo.

Otra vez tenía ese sentimiento de estar completos.

"Como debe ser".

─Tú, joven Junjie, tienes el honor de ver nuevamente al magnífico y maravilloso Pronto ─habló el topoide inclinándose exageradamente, recibiendo una mirada divertida del extranjero.

El troll, acostumbrado al extravagante comportamiento de su amigo, rodó los ojos con una sonrisa y exclamó:

─¡Amigo, en serio volviste!, ¡es que...! ¡Es que simplemente no puedo creerlo! ¡En serio estás aquí!

Junjie palmeó el hombro del más grande, estando igualmente feliz de volver a aquel lugar.

─También me alegra verte de nuevo, Trixie.

─¡A mí también! ─respondió la pelirroja, dando su clásica sonrisa astuta.

Mientras, Eli estaba como espectador ante la escena; y gracias a eso, podía ver como la atmósfera del refugio cambiaba radicalmente, luego de días de rutina.

Hasta se animaba a apostar que el estado de ánimo de sus compañeros había mejorado con este breve reencuentro. Porque él bien sabía, que no era el único afectado tras el cambio de situación.

Estarse moviendo cada minuto, luchando por seguir en el gran juego llamado vida. Y de repente, todo está tan calmado e inmóvil, cual estática de televisión.

Sería difícil, pero estaban listos para otra partida.

─Bien. Pronto irá a preparar la cena.

Nadie estaba de malas como para refutar.