Las Cavernas Profundas

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La banda de Shane observaba a sus dos mejores lanzadores tratando con el Clan Sombra, intentando seguir la conversación por los gestos y casuales traducciones del asiático.

—Tienen que al menos considerarlo. ¡Usted conoce lo que ha hecho por su causa!, sabe bien que hubo parcialidad de su parte al juzgarlo. No puede simplemente darle la espalda a Eli de esa forma, menos si sabe sus motivos.

Los tres integrantes que miraban desde el fondo se encontraban levemente impactados a causa de la osadía del extranjero. La única vez que recordaban verlo así de firme y atrevido, fue aquella vez con el Emperador. Ahora solo podían suponer que la discusión había tomado una leve desviación de donde pensaban ir.

El líder del Clan Sombra vio a Junjie con su imperturbable expresión solemne, meditando sus palabras y reflexionando con mucha más profundidad de lo que aparentaba. 

Dijo algo, dando por terminada la charla. Eli y Junjie se miraron entre sí, dejando con duda al resto de integrantes. Finalmente, el líder le habló a su equipo.

—Chicos, prepárense.


...


Trixie Sting recordaba la primera vez que habían viajado a este lugar.

Recordaba la angustia, el temor y el sentimiento de adentrarse en lo desconocido.

Pero había logrado superarlo, porque tenía a sus amigos. Porque tenía a Eli.

Y ahora, solo miraba desde el fondo. Volviéndose una parte más del escenario del chico. 

¿Cuándo dejó de ser un personaje? ¿Cuándo perdió el papel protagónico? Bien sabía que jugaba con fuego, y aun así no se percató de lo cerca que estaban las llamas.

Entonces, se quemó su libreto.

Pero sabía que no podía reclamar nada, no después de ver el espectáculo que daban esos dos. Como si siempre hubieran estado en el escenario, moviéndose tan natural ante la cámara.

Sabía que estaban a la medida del otro, pero le costaba encajarlo dentro de su cabeza.

—Aquí estamos de nuevo.

La gran estructura que funcionaba de palacio se alzaba ante ellos, terriblemente desolada.

Entraron con cautela, encontrando el solitario vestíbulo. Y lo que alguna vez fue el trono del rey, ahora solo era una triste columna de rocas. 

¿Qué pasó aquí?

—¿Qué demonios pasó? —preguntó Kord, admirando el caos en el que se había convertido aquel lugar.

—Eso quisiera saber yo —respondió su líder, quien no había bajado la guardia en ningún momento.

Entre las columnas, algo empezó a retorcerse. Alaridos débiles daban a entender que alguien estaba agonizando; rápidamente, la banda de Shane fue a su rescate.

Vaya cosas que trae la vida.

—¿Sulfuro?

Como dicen: mientras más alto, más fuerte es la caída. Sulfuro podría ser el ejemplo literal y figurado de aquella frase.

—¡Lar... lárguense!

—¡¿Qué pasó?! —preguntó el angustiado Shane, ignorando la petición de su enemigo.

—Algo... algo está aquí... algo nunca antes visto... Los... los mató

—¿A quiénes?

—A todos.


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