Esperanza

1.1K 124 42
                                    

Eli solía leer habitualmente cuando vivía en la Superficie.

La casa de su tío no era precisamente una biblioteca, pero se las arreglaba para encontrar algo interesante. Mayormente encontraba romance, por lo que llegó a suponer que era su tía la lectora del hogar.

Libro tras libro, página tras página, con cada letra, varias emociones lograban implantarse en él. Luego se dio cuenta de que, secretamente, anhelaba una historia así.

Pero con sus experiencias, con sus propias emociones y con su propia persona especial. Sin embargo, algo estaba mal.

Rápidamente se dio cuenta de que no iba al ritmo del mundo. Él no añoraba una chica a su lado.

¿Qué era diferente?, ¿algo estaba mal con él?

Luego llegaron los medios de comunicación, las noticias, la gente...

Y confirmó que verdaderamente, algo andaba mal con él.

Su tío siempre se quejaba frente al televisor cuando llegaba junio. Se quejaba de ese "montón de desviados" que hacían estupideces para llamar la atención. Eli solo podía bajar la cabeza, guardando silencio para evitar decir algo que de lo que probablemente, se arrepentiría más tarde.

Quizá por eso, antes de dejar a lo que se vio obligado a llamar hogar, se encargó de aclararle a su tío que su querido sobrino era parte del "montón de desviados".

Entendió así que para gente como él, no había un verdadero final feliz. Y que tendría que llevar ese vacío en el pecho día con día.

Entonces, cuando despertó al día siguiente, se preparó emocionalmente para recibir indiferencia por parte de Junjie. Esperaba que le ignorara, que le olvidara, que se acabaran esos pequeños momentos que le alegraban el alma.

Pero ahí estaba el asiático, sonriéndole como si fuera la primera vez. Sin pena de traer el ambiente de la noche anterior. 

Entonces, solo entonces, Eli pensó que sí tendría la historia de amor que tanto anhelaba de pequeño. 



...



Junjie siempre fue abierto a las posibilidades. Lian se había encargado de enseñarle la verdadera esencia de un ser humano: espontáneo e impredecible, tan variado y único, que no tiene comparación.

Nunca tuvo problema en adaptarse a lo diferente. Pero era muy consciente de la resistencia de algunas personas.

Quería demostrarle a Eli que él no tenía miedo a ser distinto. Quería demostrarle que estaba más que orgulloso de mostrar su atípico amor.

Entonces recibió de nuevo esa mirada esperanzada, esa que le hacía querer abrazarlo y alejarlo de toda la maldad del mundo.

—¡Será mejor que vengan si no quieren quedarse sin desayuno!

Compartieron una última sonrisa antes de caminar juntos al que suponían, era el comedor.



...



Nuestros héroes no pudieron dar su último bocado antes de fueran llamados a la central. Topándose directamente con un silencioso y serio ambiente, matando la poca comodidad que lograron reunir el día de ayer.

El líder de operaciones les miraba crudamente, consiguiendo que todos pensaran en sus palabras de ayer. Su expresión se suavizó cuando llamaron desde la puerta:

—Papá, ya están aquí —había dicho Romina antes de empezar retirarse. Con su sola mirada, le recomendó a su hija que tuviera cuidado.

Una vez la niña cruzó la puerta, varios hombres empezaron a entrar. Llevaban diversos aparatos en su manos y no perdieron tiempo en colocarlos, como si ya hubieran hecho eso varias veces.

—Esto es de lo que hablábamos, señor Shane —comenzó a hablar el líder de operaciones—. Aquí, la cabeza de nuestra área científica, el doctor O'donnel, estuvo trabajando junto a sus colegas en un dispositivo que tenía como fin, acabar con esta abominación.

—Sin embargo —tomó la palabra el científico—, a pesar del exitoso procedimiento al construir el arma, nos hace falta lo más importante: una fuente de energía.

>Ningún recurso natural conocido hasta ahora es suficiente para alimentar el motor del aparato, y debido a nuestra falta de recursos, no se ha podido fabricar una fuente artificial.

—Tal vez, esto pueda servir —comentó el menor de los Shane, sacando de su maleta a una de las Elementales.

El doctor O'donnel alzó un pequeño aparato a la altura de la mano del chico, el dispositivo empezó a emitir un agudo sonido constante. El hombre abrió los ojos con asombro, y habló:

—¡Esto... esto tiene energía para alumbrar a un continente entero! Muchacho, ¿tienes idea de cuánto poder tienes en tu mano?

—Ni se imagina... —dijo sonriendo, el resto de las Elementales se colocaron en su hombro.

—Doctor, ¿esto significa que...?

—Sí, comandante Harrison, la humanidad aún tiene esperanza.













Un Eli con complejos y un Junjie muy liberal no era lo que me esperaba. Pero ahí está.

Escribía esto en medio de las clases virtuales. Ya saben niños, no sean como Karx.

Karx se va a dormir.    






...



PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora