Soluciones

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Había pasado una semana desde el incidente en las Cavernas Profundas. El Clan Sombra vigilaba constantemente El Cruce, pues todas las narrativas de los testigos concordaban el perturbador poder de una criatura que logró exterminar a todo un pueblo de inmorales guerreros.

Y si eso era así, El Cruce no debía significar nada. Bajoterra no debía significar nada.

El grupo de héroes estaba igual de reflexivo en el refugio. Tratando de dar soluciones al gran problema que tenían sobre sus hombros.

Mejoras, babosas, estrategias, las Elementales...

Nada parecía estar destinado al éxito.

Incluso consideraron ir a Las Cavernas del Este en busca de algo, cualquier cosa que pudiera alzar las esperanzas enterradas a dos metros bajo el suelo.

—Oigan, chicos... —empezó a hablar la pelirroja, llamando la atención del resto—. Si existen diferentes grupos de cavernas, como las del Este y el Oeste, las Cavernas Profundas serían iguales, ¿no? El hecho de que el Emperador y los Flagelo no se encontraran en dos mil años prueba eso.

Todos voltearon a ver a las Elementales, quienes habían regresaron con Junjie; pues gracias al debido tiempo y entrenamiento, tuvieron la oportunidad de ser relevadas por Guardianas.

La babosas asintieron, dando por correctas las deducciones de la chica.

—Eso quiere decir que esa cosa pudo haber venido de otro conjunto de Cavernas... —empezó Eli.

—Y si encontramos su origen, probablemente encontraremos la forma de deshacernos de eso —completó Junjie.

La banda se quedó en silencio, mirándose unos a otros. Sin necesidad de palabras, se pusieron de acuerdo para tomar el siguiente curso de acción. 

Eli se puso de pie y tomó todo el aire que podían sus pulmones. Alzó su puño, mostrando firmeza en sus acciones. Finalmente, dio la orden:

—Andando.


...


El líder del Clan Sombra y el Shane se miraban fijamente, nadie se atrevía a romper aquel asfixiante silencio.

En un acuerdo silencioso, decidieron no volver a cometer los mismos errores del pasado.

—Ten cuidado, Eli Shane.

Y desapareció.

El chico miró el sitio vacío por unos segundos más. Luego enfocó su vista en el portal destellante frente a él.

"Otra vez esa sensación de dejar algo".

Miró a su familia, todos le regalaron algo de paz con su sola presencia.

Se enfocó en Junjie, y el asiático en él. Compartieron una sonrisa apenada, deseando rencontrarse en mejores circunstancias. Pero sabían que debía ser de esa forma, ese era el estilo de vida que llevaban. 

Si no fuera así, no sería divertido, ¿no es así?

Burpy restregó su cabeza contra la mejilla de su lanzador, buscando darle algo de consuelo. Joo Joo hizo mismo con el suyo, ofreciéndole seguridad.

Eli apretó el manubrio con fuerza, acto seguido, arrancó su meca-bestia en dirección hacia la peligrosa incertidumbre. Junjie le siguió sin dudarlo, al igual que le resto.

"Sé fuerte, sé fuerte..."

Y se partieron.




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