Control

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El problema con la probabilidad, es que es eso: probabilidad.

En varios conjuntos de cavernas, todas las Elementales llegaron hasta Eli.

Flautista llegó hasta Tad.

Imala llegó hasta Kimana.

Y pues, sabemos lo que el poder puede causar en malas manos. Y si existía una babosa capaz de emitir frecuencias que lograban introducir órdenes en las mentes de su misma especie, ¿por qué no una que era capaz de repetir el proceso, pero con humanos?

La princesa Kimana obviamente no había renunciado ante aquella oportunidad. Solo era una leve ayuda antes de llegar legítimamente a la corona.

—¡Cuidado!

Kimana había disparado en dirección al techo, la babosa había alcanzado la suficiente velocidad para transformase. Entonces hizo su efecto.

Las mujeres de la congregación aún seguían alteradas por el caos. Al contrario, los hombres estaban perturbadoramente calmados.

Sin vida.

—¡Saquen a esta escoria de aquí! —exigió la chica, apuntando acusadoramente a Junjie.

Obedecieron sin rechistar, extrañamente, el asiático seguía en estado de lucidez total, completamente consciente de lo que pasaba y con la guardia en alto.

—¡¿Por qué...?!

Tuvo que forcejear ferozmente con uno de los guardias para conseguirse una lanza, el problema ahora eran las babosas que, ni por conveniencia del guión o del destino, estaban ahí.

Resignado, tuvo que luchar cuerpo a cuerpo, recordando su arduo entrenamiento a través de los años. No pensaba irse sin Eli.

Por otro lado, el chico de azul no se quedaba atrás. Barajaba frenéticamente sus opciones para salir de ahí sin que el mayor tuviera que hacer todo. Examinó rápidamente su entorno: la persona más próxima a él era la princesa. Razonó, entonces, que ella tampoco sabía de su estado de libertad.

Y aunque a penas podía mover sus piernas, se dispuso a ir hasta su amigo que aún luchaba furiosamente contra todos los asistentes.

—¡Tú no!

Sin ver otra opción, Eli se lanzó desde lo alto del altar de piedra, cayendo sin misericordia contra el despiadado suelo. Al menos, la muchacha tardaría en bajar todas esas escaleras.

Junjie corrió a asistir a su amigo, le ayudó a ponerse de pie y avanzaron dejando atrás a una horda de obedientes guerreros.

Pero, seamos realistas, ni de broma alcanzarían a salir. No sin ayuda.

—¡Corran!

Las mujeres tomaron cartas en el asunto y se opusieron ante sus esposos, amigos, hermanos, etc. Tenían en claro quién era el enemigo aquí, y obviamente no eran los extranjeros.

Mientras, nuestro par de protagonistas salían a rastras del lugar. Bajo la oscuridad de una noche artificial de las cavernas, se escondieron entre los altos montes de la flora del Sur.

Jadeantes y débiles, decidieron parar a respirar un poco. Dejarían para más tarde todas las preguntas importantes, por ahora, disfrutarían no estar bajo el control de esa loca.









Corto, pero, con preguntas existenciales para el par de enamorados U_Ur.

¿Por qué Imala no puede controlarlos?

¿La mujeres de la caverna serán suficientes para derrocar a Kimana?

¿Qué ha pasado con el resto de la banda?

¿Tendremos más referencias de Tad en el próximo capítulo?

Karx se retira.    




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