Sabrina es una chica de familia de clase alta, pero como suelen decir: "el dinero no compra la felicidad". Sabrina perdió a su madre que era al mismo tiempo, su mejor amiga. Y conforme pasa el tiempo el dolor por la pérdida de su madre, no desaparec...
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Omnisciente
Sabrina sintió como su corazón volvía a latir y como el oxígeno volvía a sus pulmones cuando terminó el examen. Esta de más decir, que no fue la única que se sintió así. Cuando terminaron, todos salieron corriendo mientras gritaban de la emoción y sujetaban sus sombreros, y se dirigieron a las ruinas. Anne y Sabrina iban tomadas de la mano (gif). Cuando llegaron al lugar dejaron sus cosas en el suelo.
—¡Lo hicimos! —gritó Sabrina
Todos gritaron de la emoción y tiraron a sus sombreros y gorros al aire
—¡Felicitaciones! —gritó Anne
—Traje la bebida —dijo el chico que anteriormente había vomitado debido a los nervios
—¡Yo primera! —gritó Diana
Tomó la botella de alcohol y bebió de ella mientras todos la miraban sorprendidos. Diana empezó a toser y Sabrina le quitó la botella para después beber de ella
—Dios mío. ¡Será una noche alocada!
(...)
—Con el estómago lleno, ¿estás más tranquilo por los exámenes? —le preguntó la Sra. Rose a Gilbert cuando terminaron de comer
—Si —dijo Gilbert mientras reía—. No puedo hacer nada mas
—"Je ne peux rien faire d'autre" —"No puedo hacer nada más" repitió Winnie—. Debes practicar tu francés para cuando entres a la Sorbona —le dijo
—Oui —"si" dijo Gilbert haciendo reír a la rubia—. ¿Y como se dice "crucen los dedos"? —dijo haciendo reír a la familia
"Sin duda alguna, sin importar si fuera una broma o no, Sabrina me habría respondido" pensó Gilbert
—Es hora de una charla de hombres —dijo el Sr. Rose
—Código para brandy y cigarros —dijo la Sra. Rose
—Y una clara falta de femineidad —dijo Winnie—. No lo recomiendo —le dijo a Gilbert
—¿Cual? —dijo el chico
—Dos de las tres. Tu decides —le dijo Winnie con una sonrisa
Después, madre e hija salieron de la habitación
—Has los honores, ¿si? —le dijo el hombre a Gilbert, refiriéndose a servir el licor—. Nada como una copa y un cigarro para acompañar reflexiones del futuro —dijo el hombre mientras Gilbert servía la bebida—. Si te ardieron las orejas últimamente, es por mi culpa. Le hable bien de ti a mi amigo de la Sorbona —le dijo mientras Gilbert dejaba las dos pequeñas copas en la mesa—. No al de la universidad, al verdadero —dijo mientras se sentaban en unos sillones individuales—. Me aseguro que con el puntaje adecuado...y apoyo financiero, podrías entrar en el otoño.
