Sabrina es una chica de familia de clase alta, pero como suelen decir: "el dinero no compra la felicidad". Sabrina perdió a su madre que era al mismo tiempo, su mejor amiga. Y conforme pasa el tiempo el dolor por la pérdida de su madre, no desaparec...
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Omnisciente
Sabrina estaba en la casa de Anne. Ambas estaban en la habitación de la pelirroja. Hablaban de temas triviales mientras disfrutaban de la compañía mutua. De pronto escucharon como si dos sobres se deslizaran por debajo de la puerta. Ambas voltearon y efectivamente, había dos sobres, por lo que las dos se levantaron y fueron a recogerlos. Tomaron el que decía su nombre y lo abrieron
JURO QUE TÚ Y ANNE SON LAS ÚNICAS AMIGAS DEL ALMA QUE TENDRE
Sabrina compartió una mirada con Anne, se mostraron sus cartas, y efectivamente, ambos decían lo mismo pero con el nombre de la otra. Ambas soltaron un suspiro y Anne abrió la puerta de su habitación. Ahí estaba Diana, con una cara triste y un diente de león en su mano
—Fui a tu casa y me dijeron que estabas aquí —le dijo Diana a Sabrina—. Lo siento mucho —dijo con la voz rota
—Nosotras también lo sentimos —se disculparon Anne y Sabrina, también con la voz rota
—Quiero ser más valiente. Ya no quiero mentir. Quiero ser la persona que soy en todos los sentidos. Y esa persona, más que nada, es su mejor amiga —dijo Diana haciendo reír a las otras dos
Sabrina tomó el diente de león y una de las manos de Diana, Anne tomó la otra mano, y las tres se dirigieron al frente de la ventana. Tomaron el diente de león entre las tres y entrelazaron sus meñiques
—Juro solemnemente ser fiel a mis amigas Anne y Diana
—Juro solemnemente ser fiel a mis amigas Sabrina y Diana
—Juro solemnemente ser fiel a mis amigas Anne y Sabrina
Dijeron Brina, Diana y Anne a la vez
—Mientras existan el sol y la luna —terminaron de recitar
—Enviemos nuestro juramento al mundo —dijo Sabrina
Las tres se asomaron por la ventana, todavía sosteniendo el diente de león entre las tres, y soplaron.
Después volvieron a meter sus cabezas al interior de la habitación.
—Creo que necesitarás esto —dijo Sabrina mostrándole su collar a Diana
—Quizá sea tarde cuando lo sepa, pero no puedo equivocarme —les contó Sabrina mientras le ponía el collar a Diana—. Necesito saber si en verdad vale la pena seguir luchando por Gilbert
