Idiota

VIII.

Se encontraba un albino en la oficina del Hokage, ayudándole con el papeleo, porque Hashirama no podía solo.
En los pensamientos de Tobirama se encontraba divagando la imagen de Izuna, lo que provoca que no se concentre el Senju menor, tenía la mirada totalmente pérdida.

—Tobi ¿te encuentras bien?

—Sí, si

—Últimamente te veo distraído, ¿hay algo que no te deja en paz?

—Pienso en alguien muy seguido

—Estás enamorado

—No, es imposible

—¿De quién se trata?

—Del Uchiha... Izuna

—Como son los pensamientos negativos o positivos

—Mayormente positivo

—¿Cómo que tipo?

-pienso que es lindo, tierno, comprensivo, pero es mi rival no puedo pensar eso de el

—Si puedes, porque el amor no es algo que quieres sentir, sino es algo que sientes sin querer. Y tú estás enamorado de Izuna, aunque no quieras admitirlo. Tobirama deja abrir tu corazón, deja que ese sentimiento se expresé no lo dejes encerrado, te provocara daño.

—Pero no podría

—Tu orgullo es más fuerte lo sé, pero baja la guardia ya no estamos en guerra

—Lo intentaré, pero, ¿lo amo?

—Descúbrelo por tu cuenta.

Y entonces los hermanos pasaron toda la tarde acomodando y revisando papeles.
Cuando cayó el anochecer, Tobirama estaba dispuesto a ir esa noche a la casa de Izuna para aclarar sus sentimientos, y despejar su mente.

Entró por una ventana que se encontraba abierta y nadie lo descubrió.
Lo vio con su expresión tranquila y relajada, se acercó a su rostro para rozar sus narices y después le dio un casto beso en los labios.
Después bajo a su cuello y lo olio su olor era adictivo según él Senju, se posicionó encima de él y empezó a dar suaves besos en el cuello del Uchiha.
Pero paro, se contuvo, no quería que Izuna lo viera como un pervertido o que pensara que lo quería violar.
Mejor dejó una nota en su mesa de noche y se retiró, esperando a que llegará el día de mañana, para poder verlo y expresar sus emociones hacia él.
Su amado Uchiha.