XII.

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Los ojos le pesaban y poco los fue abriendo, dirigió su mirada al lado derecho y se percató de que se encontraba Tobirama durmiendo, y que el Senju lo tenía aprisionado en sus brazos.

Y entonces recordó la noche que tuvieron ayer y le provocó un sonrojo llenó de vergüenza, pero se puso a pensar, lo que tuvieron no fue sexo así nomás, sino que hicieron el amor y demostraron lo que sentían el uno al otro.

En verdad Tobirama lo ama y mucho.

El rostro sereno del Senju llena de tranquilidad a Izuna y eso le gusta.

Observó como el albino iba abriendo sus ojos, para después dirigir su vista al Uchiha quien solo lo miraba con ternura.

—Buenos días amor— dijo el albino para después darle un beso cálido en los labios del pelinegro.

¿Amor?
Le había llamado amor, Izuna estaba que brincaba con alegría, internamente.

—Buenos días, Tobi—el Uchiha estaba rojo por el gesto anterior del Senju.

Narra Tobirama

Le dije amor a Izuna porque es mi amor, lo amo demasiado.

Me levanté de la cama y me dirigí a donde se encontraba el Uchiha y lo cargué estilo princesa, para llevarlo al baño.

Lo deje en la bañera y al hacer soltó un quejido que hizo que me preocupara.

—¡¿Estas bien?! — pregunte con preocupación en mi rostro.

—Sí, me duelen las caderas.

Sabía el porqué de su dolor y mi cara de estar preocupada paso a una sonrisa pícara.

—Creo que me pase ayer jeje-

Una vez llena la bañera de agua y jabón, me dispuse a entrar, pero Izuna se adelantó y se agarró del brazo y me empujó hacia él.

Cosa que hizo que cayera encima suyo, y el Uchiha sonrió travieso.
Entonces yo le di un beso casto en los labios, para después acomodar me y empezar a enjabonar el cabello de Izuna.

Le daba masajes suaves a Izuna mientras el agarraba el jabón y me enjabonaba en el pecho y daba leves tallones.

Se le veía muy sonriente muy alegre, como me gusta verlo, agarre su mentón, levantando su cabeza para que me mirara a los ojos.

Su mirada se veía inocente, cosa que me llenó de ternura y acerque mi rostro y rozamos nuestras narices y juntamos nuestras frentes, estuvimos así un rato y después me separe para darle un beso que se convirtió en una guerra con nuestras lenguas.

Al separarnos un hilo de saliva colgó de nuestros labios.

—Te amo Izuna

—Yo también, Tobi

Cuando terminamos de bañarnos, nos pusimos ropa normal y salimos a desayunar.

—¿A dónde quieres ir?

—Donde quieras— esas sonrisas que me enamoran cada vez más.

—Eres muy hermoso

—No digas eso, baka— hizo un puchero que provocó una carcajada en mí.

—Es la verdad Izu-chan

Terminamos llegando a la tienda favorita de Izuna porque está especializado en dangos y se cuánto le encantan.

—¿Que van a llevar?

—Me da una orden de dangos y un te

—Y usted

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