XI.

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Nerviosismo es lo que corría por las venas de estos dos enamorados.

Viéndose directamente a los ojos, sintiendo una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo, era un día especial.

—Hola Uchiha...

—H-hola

Era inevitable no hablar claro para Izuna porque estaba muy sorprendido de saber que la persona a la que ama la citó, pero no cualquier salida, sino una cita romántica, por lo que daba a entender el ambiente.

Tobirama se sentó en frente del Uchiha, para poder comenzar con su cena, Izuna estaba muy sonrojado tendiendo cara a cara al Senju.

—Qué bueno que viniste

—Sí

—¿Procedemos a comer?

—Sí

—Muy bien

El Uchiha solo se limitaba a decir pocas palabras, por los nervios, se lo impedían.
Izuna visualizó la comida y se dio cuenta de que había dangos, eso le sorprendió, porque él sabe que al albino no le gustan los dangos, porque son dulces.
¿Entonces el Senju procuró hacer una cena en la que hubiera comida del gusto de Izuna?

El pelinegro se sonrojo por el gesto de Tobirama, agarró uno de los dangos y lo mordió probando su sabor, eran realmente buenos.
Mientras Tobirama comía una bola de arroz acompañado del udon.
Mientras comía veía atentamente a Izuna, vendo sus facciones tan definidas, y sobre todo su lindo rostro angelical, le encantaba observar al Uchiha, le encanta admirar su belleza.

Izuna se percató de la vista muy atenta en él y levantó la mirada dejando de hacer lo que estaba haciendo, sus orbes negros se conectaron nuevamente con los ajenos, quedaron así un rato hasta que Izuna estando rojo como un tómate, apartó la mirada, de lo avergonzado que se encontraba.

Por otra parte, Tobirama disfrutaba de la compañía del otro, escuchar el sonido del río y ver a su amado, eso le calmaba aclarando su mente para poder declararse a Izuna.

Paso 30 minutos y ya habían acabado de cenar, así que Tobirama tomó la iniciativa, se paró de su asiento para dirigirse con Izuna, una vez estando parado justo frente a él, tomó delicadamente su mano invitándolo a pararse y se fue lo que pasó, llevó al Uchiha a un lugar especial, el lugar donde fue su primer enfrentamiento.

La primera vez que se conocieron, fue algo que marcaría su destino.
Estando al lado de aquel río el Senju tomó las dos manos ajenas, y las apretó levemente teniendo la mirada atenta de Izuna.

—Izuna, desde hace tiempo nació un sentimiento que por más que rechazaba no pude, lo acepte y eso me llevó a la felicidad y la verdad no pensé que algún día fuera a sentir esto.
Con el tiempo te convertiste en una persona especial y ahora dueño de mi corazón.
Izuna, te amo, te amo demasiado con todo mi corazón.
¿Quisieras ser mi novio?

Izuna estaba con la boca levemente abierta, estaba realmente feliz, su corazón latía muy rápido y pequeñas lágrimas salían de sus ojos, lágrimas de felicidad.

—¿Por qué lloras?

—Tobi, yo también te amo, si quiero ser tu novio.

El Uchiha se lanzó a los brazos del Senju uniéndose en un abrazó para después separarse y darse un beso que sella ría su pactó de amor.

Sin duda Tobirama se sentía un hombre afortunado, el Uchiha lo había correspondido.

Duraron tiempo abrazados, después se dispusieron a retirarse a un lugar más cálido, porque el frío nocturno empezaba a atacar, y el Senju no quería que su Izuna se enfermara.
Se fueron y a medio camino entrelazaron sus dedos, uniendo sus manos.

Advertencia lemon














Llegaron a la aldea y el albino lo llevó a su casa sigilosamente, cuando estaban en la entrada de su casa lo llevó a su habitación, mientras el Uchiha no ponía resistencia.
Una vez estando en su cuarto Tobirama cargo a Izuna al estilo princesa hasta su cama donde lo dejó delicadamente, para después ponerse encima de el y empezar a unir sus labios que deseaba besar, la intensidad del beso aumentó cuando empezaron una batalla con sus lenguas saliendo ganador el albino.

Izuna estaba muy sonrojado, el Senju siguió besando, pero ahora atacaba su cuello dejando leves marcas.

—No dejes marcas mh

—Pero así van a saber que me perteneces

—Ah mh

Empezó deslizando suavemente el kimono del Uchiha para darle paso a sus botones rosados, empezó lamiendo uno, mientras Izuna arqueaba la espalda.

—Ahh

—Parecer ser que lo disfrutas Uchiha

Izuna soltaba pequeños gemidos, y cuando se dio cuenta de esto los callo colocándose una almohada en la cara.

—No hagas eso quiero oírte

Tobirama le arrebató la almohada, ya que quería escuchar la melodía de los gemidos del contrario, una vez que dejó erectos los pezones del Uchiha, lo despojó de su ropa dejándolo solamente en ropa interior, para después acariciar su miembro sobre la tela.

—Ahh mmm

Esos gemidos que le daba el pelinegro excitaba más al albino, Izuna lo apartó quedando Tobirama de rodillas en la cama y entonces el Uchiha se paró para desabrochar el pantalón y bajarlo junto a los bóxers, quedando expuesto su miembro erecto, que Izuna lo llevó a su boca chupando lo como si de una paleta se tratará, Tobirama le excitaba demasiado la acción del Uchiha.

Así que agarró su cabeza atrayendo lo más a su entrepierna, rato después se corrió en la boca ajena, Izuna se tragó todo el semen del albino.

El Senju se quitó la parte superior de la ropa quedando completamente desnudo, acto seguido se posó encima de Izuna viendo como había un bulto en su entrepierna, y lo despojó de la única prenda que le quedaba para después empezar a masturbar el pene del pelinegro.

—Ahh mh

Más gemidos le regalaba Izuna a Tobirama y lo incitaba a querer estar dentro de éste.
Siguió tocando su miembro hasta que se corrió en su mano y en el abdomen de Izuna, el albino le mostró tres dedos y el Uchiha agarró la mano atrayendo la a su boca para meter los y lamerlos, una vez que quedaron llenos de saliva, Tobirama los sacó de su boca, acto seguido los metió en la entrada de Izuna.

Empezando con uno, después metió el segundo simulando tijeras.

—Ahhhh ya mételo ahh

—Bien

El Senju no término con la preparación porque el Uchiha exigía con que fuera penetrado, y muy obediente se comportó el Senju.
Agarró su pene y lo rozó en la entrada de Izuna, sacando exhalaciones por parte del pelinegro, lo metió lentamente y cuando entró por completo empezó con embestidas lentas que fueron poco a poco aumentando de nivel.

La habitación era inundada de gemidos, exhalaciones y suspiros, y el sonido de las pieles chocar por el acto, siendo las cuatro paredes testigo del amor que se tenían estos dos.

El albino siguió penetrando lo hasta que acabaron con 4 embestidas más, para después caer rendido junto al amor de su vida.
Se acomodó en la cama, tapando los con una sábana y acurrucando a su Uchiha en sus brazos, después cayó en un profundo sueño.

Y así fue como Tobirama e Izuna demostraron su amor de una forma íntima.

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