Polos Opuestos - Hopega - Yoonseok - sope

Décima Carrera

Habían pasado dos semanas desde que pasaron las regionales.

Yoongi no tenía permitido entrar a la pista de patinaje por su mano, el entrenador no permitiría que su mejor corredor se lastimara más.

Así que el pálido estaba sentado en las graderías, observando al equipo entrenar.

Pensó mucho en las cuestiones que le empezaban a ocurrir últimamente con Hoseok, pero volvió a regañarse.

No podía iniciar una "relación" amorosa o lo que sea con aquel trigueño muchacho, si desde las graderías podía observar como le coqueteaba a Nayeon, Yoongi no podía ser idiota.

Suspiró, la verdad es que estaba empezando a buscar la forma de alejarlo.

- ¿Min Yoongi? - volteó con pereza, internado no ahogarse al ver la persona parada al final de la gradería.

Pasó saliva calmándose internamente.

- Heechul... - se levantó de las gradas, sus manos empezaron a temblar.

Llegó con cuidado sin saber cómo hablarle a aquella persona, seis años sin ver a alguien era demasiado después de todo.

- No seas tosco, dame un abrazo - con cuidado se acercó hundiéndose en aquel pecho como lo había hecho tantas veces anteriormente, pasó saliva nuevamente para intentar tragar las lágrimas que amenazaban con salir.

Yoongi se alejó mirando con una cara de idiota a su hyung, estaba tan cambiado.

- ¡Sigues igual de pequeño! - soltó una risa sincera y boba, como siempre solía reírse con Heechul.

- Seis años es mucho tiempo - el mayor asintió con un suspiró.

- Así es, muchas cosas han cambiado desde que me fui ¿verdad? - Yoongi se encogió de hombros.

- Yo no he cambiado del todo. ¿Tienes hospedaje? Mi casa siempre es un lugar para ti - de repente vio a Heechul tensarse y rascarse el cuello, maña que tenía cuando algo lo hacía sentir incomodo.

- Si, si, un hotel de quinta, no te preocupes. Ven sentémonos, adelantemos cuaderno.

Desde la pista Hoseok observaba todo con recelo.