Capítulo 20

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Después de caminar unas cuatro horas por fin pudo llegar a la casa donde siempre pasaba su celo, Juan dejo sus cosas en el suelo y comenzó a quitarse su ropa quedando desnudó.

Era normal para el estar solo y desnudo cuando su celo estaba aproximándose, su lobo le regañaba ya que podía haberse llevado a su compañero.

No podía, mi celo dura tres y el de barca cinco, imposible que pasemos nuestro celo con Roberto- habla para su lobo.

“de todos modos debimos estar los tres juntos”

Gruñe su lobo y Juan niega, suspira y se acuesta en el suelo de madera, nunca hacia nada cuando llegaba a la cabaña; era aburrido pasar su celo solo. Tenía que cerrar todo con candado ya que podía salirse de control y marcar a un beta o matar a alguien.

🕊

Barca por fin llego y dejo salir un suspiro, entro a la cabaña donde siempre pasaba su celo, suspiro cansado y dejo sus cosas en la mesa; ¿qué podía hacer ahora? ¿Dormir? ¿Comer? ¿Hacerse una paja?

“que aburrido”

Lo se ¿pero qué puedo hacer?, no ay ni televisión-

Reniega molesto acostándose en el sofá mientras cerraba los ojos, tal vez dormiría un rato para que pase rápido el día.

🕊

Roberto bufo molesto mientras se acostaba en su cama, los extrañaba y eso que apenas se habían ido en la mañana; su lobo chillaba por querer estar con ellos. Víctor salió de casa ya que había ido a una cita con Sebas y Javier.

Lo estaban cortejando para que pudieran pasar su celo juntos, comenzó a quitarse toda su ropa quedando solamente en bóxer; le gustaba estar así cuando estaba sólo.

Les quería cerca a su lado, comenzó a removerse sobre su cama liberando su aroma a fresas con chocolate amargo, se detuvo con la respiración agitada y el cabello pegado a su frente.

Ngh...aa-alfas- jadeo Roberto.

Llevo sus dedos a su boca donde comenzó a lamerlos lentamente mientras se imaginaba que estaban ahí sus alfas tocándole, cuando sus dedos ya estaban cubiertos con suficiente saliva los llevo a sus pezones donde comenzó a moverlos en círculos mientras dejaba salir gemidos de su boca.

Era realmente excitante más si imaginaba que sus alfas estaban ahí tocándole, a su lado estaba Juan quien mordía levemente su lóbulo de la oreja derecha y a su izquierda estaba Barca quien dejaba marcas en su cuello y tocaba su miembro.

El no se daba cuenta que en cuanto más se excitaba más dejaba salir su olor de omega, a unos cuantos metros de su casa se encontraba un alfa quien regresaba de trabajar pero este se paro en seco olfateando rápidamente para llegar a ese exquisito olor.

Omega...grrr- gruño.

“desde hace mucho que no ay un omega en el pueblo ”

Habla su lobo y ese hombre asiente, camina buscando aquel omega que soltaba tan delicioso olor, se dio cuenta que venía de la casa de los cuatro locos así les dicen sus vecinos.

Se dio cuenta que solo olía a omega, antes de entrar se fijo muy bien de que no estuviera otro alfa o un beta; no había nadie más que aquel omega. Para su suerte la puerta principal estaba abierta, entró sin hacer ruido y cerro con pestillo para que nadie pudiera entrar o salir.

Una vez con todo cerrado camino hasta donde provenía el olor, la puerta estaba medio abierta así que entro encontrándose con el omega acostado en su cama con solo un bóxer.

Omega- habló con el hombre.

Roberto chilla asustado y se voltea hacia donde proviene la voz, este abre los ojos como platos  al encontrase con un alfa desconocido en su habitación.

¿Qq-quien eres tú?- pregunta nervioso tapándose con una almohada.

Dime Pan- habla con la voz gruesa.

Roberto mira como este baja su mano hasta su erección donde le da un apretón, este traga saliva y le mira.

“el no es nuestro alfas, debes sacarlo de casa, ¡ahora!”

Grita su lobo asustado, pero Roberto no podía moverse ya que estaba solo en bóxer y con una erección marcada, miro como el hombre se acercó hasta el quedando a unos centímetros cerca de su rostro.

Dejame verte lindo- susurro mirándole de arriba a bajo.

Sentía que moriría de vergüenza, aún sentía la mirada de aquel extraño encima de el, este volvió a decir lo mismo pero relajado; Roberto tembló un poco por su cercanía, con nervios encima quito lentamente la almohada que tapaba su erección.

El alfa sonrió mientras mordía su labio inferior lentamente, miro que el omega estaba sonrojado mientras tenía los puños cerrados, este tomó su mano y la acercó hasta su erección; Roberto se estremeció un poco y dejo salir un suspiro.

¿Qué pasa omega? ¿No quieres?- pregunto sonriendo le.

Yy-ya tengo alfas- dice en bajo.

El alfa le mira asombrado, se acerca hasta su cuello buscando una marca pero no encuentra nada.

Aún no estas marcado- susurra en su cuello.

Roberto cierra los ojos mientras aprieta sus labios, se sentía indefenso a su lado, quería que llegara Víctor o sus alfas.

EL ÚNICO OMEGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora