Capítulo 2

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Después de unas dos horas Roberto se encontraba mejor, había tomando sus supresores y con el estaba Víctor quien lo cuidaba.

Me siento mucho mejor que antes- hablo en bajo dejando salir una leve risa.

Me preocupaste Roberto, esos alfas amenazaron con regresar aquí- hablo preocupado Víctor.

El lobo de Roberto chillo con miedo, le aterraba del sólo pensar eso, se acerco hasta Víctor para abrazarlo un poco.

Si no hubieses estado en casa ya estaría bajo sumisión por aquellos alfas, gracias- hablo dejando un leve beso en su mejilla.

Víctor sonrió y acaricio su hombro, eso hizo que Roberto chillará, aun estaba sensible; no sabia cuanto exactamente iba a durar su celo ya que jamas había dejado que estuvieran presentes.

¿Cuanto crees que dure tu celo?- preguntó Víctor.

No lo se, jamas deje que mi celo estuviera presente- habló mirándolo sin saber la respuesta.

Víctor suspiro y negó con la cabeza, si tan solo Roberto hubiese tenido confianza con el esto no estuviera pasando, se paro y salió de la habitación.

¿A donde vas?- pregunto Roberto extrañado.

¡Voy por comida, debes tener energía!- grito medio alto.

Roberto sentía su cuerpo muy sensible aún a pesar de haber tomado los supresores, su lobo estaba inquieto porque estaba pensando en aquellos aterradores alfas.

Tranquilo, no pasara nada, lo juro- pensó para su lobo.

"y si de verdad regresan"

Su lobo se movía mucho, le molestaba, no podía controlarlo para nada del mundo, bajo de la cama para ir hasta la habitación de barca ¿la habitación de barca? ¡Su lobo le estaba guiando!

¿¡Qué haces!?- pensó.

"su olor me relaja, desde hace tres meses me gusta estar cerca de el aunque el no sepa lo que somos"

En un abrir y cerrar de ojos estaba revolcándose sobre la cama de Barca, no lo iba a negar, tenía un aroma muy exquisito y relajante.

¿Roberto?-

Pregunto Víctor mirándolo extraño, jamás lo había visto actuar así.

¡Vv-Víctor! ¡No es lo que crees! ¡A mi lobo le gusta el aroma de barca!- grito avergonzado.

Y a ti? ¿Te gusta el aroma de barca?- pregunto dejando la bandeja con comida en la mesa.

¡Nn-no! ¡Osea si! ¡Me relaja pero no me gusta!-

Ya no sabia lo que decía, estaba y se sentía muy confundido, su lobo chillaba de satisfacción al tener el aroma encima de el impregnado.

Víctor negó divertido y se acerco hasta el para ofrecerle comida.

Anda, come necesitas energía-

Sin decir nada, Roberto aceptó la bandeja con comida, Víctor salió de la habitación; no tenia caso empezar una discusión sobre si le gustaba o no el aroma de barca.

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