Capítulo 24

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Roberto y Víctor estaban dando un paseo por el pueblo, este se tuvo que tomar supresores ya que no quería que alguien más supiera que es omega.

Ire por comida, no quiero tener que hacer en la tarde ¿esta bien?- pregunta Víctor.

Roberto asiente y ve como Víctor se va dejándolo solo, este se va hacia una banca para no cansarse esperándolo de pie; Víctor le insistió en salir para despejarse un poco. Al final aceptó ya que si no el beta le iba a regañar.

¿Roberto?-

Voltea hacia aquella voz y se encuentra con Mario, sonríe y y habla:

Mario ¿qué tal? ¿Todo bien con Juan?- pregunta mientras le ve.

El beta se sienta a su lado y suspira.

Estoy un poco triste...las cosas entre nosotros empeoro desde que supimos que eres omega- responde triste.

Oooh...lo siento yo no quería que esto pasará-

Mario le sonríe y niega, no le estaba culpando de nada, simplemente Juan desde que se entero que Roberto era un omega y el único del pueblo, su lobo estaba muy descontrolado; ya no quería tener intimidad con el, no me hablaba bien ni le respetaba como antes.

De verdad lo siento Mario...- dice triste Roberto.

Mario le abraza y le dice que todo esta bien, que nada es su culpa, el sabe que Juan le ama pero su lobo era muy estúpido como Juan; estos siguieron hablando hasta que Víctor llego y acompañado de los dos alfas que le estaban cortejando.

Hola Mario, ya sabes que es el Sebastian pero el es Javier, se mudo hace poco- dice tímido.

Hola sebas, Javier- saluda Mario con una sonrisa.

Estos alfas me saludan de igual forma, Mario se despide ya que tiene cosas que hacer en casa, los cuatro se quedan juntos pero Víctor habla.

Roberto...iré con Javier y Sebas a una cita de cortejo... ¿No te molesta verdad?- pregunta nervioso.

Para nada, solo dejame entonces la comida que compraste- dice divertido.

Le entregó la comida y se despidieron, Roberto camino de regreso hasta la casa mientras mantenía la guardia en alto, tenía miedo de encontrase a ese alfa que le decían “Pan” muy estúpido ese apodo para un alfa.

Llego a casa y decido por cerrar todo con o pestillo, mas vale prevenir que lamentar nuevamente, comenzó a comer en el cuarto de Juan; ya que su aroma de encantaba. Café un poco amargo y eucalipto, amaba su aroma, pero no pensaría mucho en ello ya que podía tener una erección a causa de ello.

“les extraño”

Igual yo, pero ya ves, no quisieron llevarnos con ellos y ahora ambos están sufriendo solos con sus celos-

EL ÚNICO OMEGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora