¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sus ojos se desviaban siempre al mismo lugar, su concentración duraba pocos segundos cuando su menor movía las caderas al compás de aquella provocativa canción.
—Es interesante ver que estás más atento a él que a tu novia—. El tono de voz burlesco que escuchó, hizo que se aclarara la garganta.
—Es inevitable —. Admitió, dándole un sorbo a su botella de agua.
—Deberías mirar así a Solji y no al ex de Solji—. Soltó una risa molesta para los oídos del mayor.
—Cállate Namjoon, no empieces—. Resopló, girando los ojos.
—Okay, solo decía—. Dijo mientras daba palmadas en la ancha espalda de su amigo.
Seokjin observó a su novia ir directo al aparato para apagar la música y seguido de eso aproximarse a él.
—Gracias por venir hoy, mi amor. Eres el mejor—. Sonrió mientras secaba el sudor de su frente.
—Es un placer, cariño—. Besó las manos de su novia mirándola y ésta mostró una sonrisa deslumbrante.
Pero aquella escena no era del completo agrado para alguien.
—Solji, sería grandioso que para la próxima allegues puntual—. Soltó Jeon Jungkook.
—Lamento eso, fue culpa mía que ella llegara tarde—. Se apresuró a decir Jin.
—Claro, me voy—. Continuó indiferente, solo dirigiendo hacia él una leve mirada.
—Espera, podríamos llevarte a casa. Namjoon dijo que tu moto está en el taller—. Solji quiso sonar amable, pero Jungkook no lo tomó así.
—No necesito que mi ex y su actual novio me den un paseo, así que paso—. Bebió un sorbo de agua y expresó una mueca.
—Relájate, es solo un favor—. Bufó Seokjin.
A decir verdad, esa actitud del chico hace que desee estamparlo contra algún lugar y hacerle saber que es en verdad muy molesto.
Para Seokjin, que le atraiga un chico no es nada fuera de lo común, pero que ese chico sea precisamente el ex de su pareja lo hace algo desquiciado.
Desde que lo conoció, no ha dejado de observar cada pequeño rasgo de su cuerpo, aquella fina cintura lo podía enloquecer en todo momento.
Jungkook no es para nada amigable, quizás es puro rencor de típico orgullo lastimado.
—Como sea, me largo—. Volvió a decir para luego tomar sus cosas y retirarse de inmediato.
