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GATITO
Decir que Jimin se quería ir, era decir poco, ya estaba harto, si se mantenía un segundo más en ese lugar se volvería loco, ni si quiera sabía por qué se había dejado convencer por su mejor amigo -con el que, por cierto, a veces follaba- de venir a esta estúpida cita doble.
Resulta que Min Yoongi tenía la bendita costumbre de tener citas a ciegas casi todos los fines de semana, para Jimin eso no representaba un problema, era una de las muchas ventajas de ser de esa clase de amigos con derechos.
El problema había venido justo cuándo el rubio de ojos gatunos le había básicamente suplicado de rodillas para que lo acompañara a esta cita con una chica que había conocido por una de sus tantas páginas para ligar que acostumbraba, pues, esta tenía una hermana mayor que le había prohibido salir a menos que le presentase a alguien también.
Fue cuando a Yoongi se le ocurrió la grandísima idea de que ese alguien tenía que ser Jimin y maldito todo por haber aceptado. No podía culparse a si mismo para ser sincero, Yoongi, que siempre había sido el activo en sus casuales encuentros había prometido que se dejaría follar, esa clase de ofertas no se rechazan, no señores.
—Entonces my daddy, me compró el Mustang que tanto quería en primero de secundaria y sin mover un solo dedo, ¿Puedes creerlo?, ser hija del CEO de SF entertaiment tiene sus privilegios.
Jimin estaba a punto de tirarle su sopa en la cara a esta tipa si no se callaba en los próximos 5 segundos, por dios, ¿Le costaba mucho trabajo no hablar como si tuviera una papa atorada en el fondo de la laringe?
—Lo más divertido es cuándo salí de antro con mis best friends y choqué el Mustang, a los cuatro días, me deprimí tanto que mi daddy me regaló uno nuevo y me llevó a tinturar mi cabello del tono que yo quería.
—Tal vez ese tinte asesinó a la última neurona que te quedaba— susurró Jimin.
—¿Dijiste algo Jomin? Ah no te escuché bien, pero no importa, ¿Qué te estaba contando?
¿Jomin?, ¿Lo había llamado Jomin?, tenía suficiente de esto.
Jimin miró a Yoongi con la clara intención de pedirle auxilio, sin embargo, todas sus esperanzas de ser salvado por su mejor amigo se fueron a la mierda en el momento en el que lo vió comiéndole la boca a la hermana menor de la hueca, ¡Estando en un restaurant!, por dios, ¿Dónde había quedado el recato?
—Voy al baño— dijo lo más fuerte que pudo y se colocó de pie, encaminándose hacia los sanitarios antes de que Jeongyeon pudiera decir algo más.
Decir que Yoongi estaba preocupado era decir poco, una hora exactamente hacía que Jimin había ido al baño -según palabras de Jeongyeon porque él ni cuenta se había dado- y no había ni rastro de él en el lugar, aunado a que no le respondía el maldito teléfono.
