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—¡Jimin!
El nombrado ignoró la voz de su hermano, corriendo escaleras arriba y encerrándose en su habitación. Lo que menos quería era que su familia lo vieran en aquel estado.
No contestó cuando unos toques en la puerta lo llamaron. Recordando que no había cerrado con seguro, decidió esconderse debajo de la sábana, esperando que eso lo protegiera del exterior.
Nunca esperó que el mundo fuera tan cruel, menos de seres cercanos como su familia y amigos. Estaba harto de todo lo que le rodeaba, pero no quería abandonarlo todo, aún le quedaba alguien en quien confiar.
Y ese alguien era el que estaba sentándose a su lado, arrullándolo y acariciando su espalda a través de la tela de la sábana.
—¿Quieres contarme que fué lo que pasó? —Fué lo único que dijo aquella voz, en un tono suave y bajo, pero lo suficientemente alto como para que lo escuchara.
Jimin contuvo las ganas de llorar, parpadeando seguidamente y mordiendo con fuerza su labio inferior. Su madre le había dicho una vez que se veía feo cuando lloraba, con sus ojos hinchados y rojos al igual que toda su cara. A ella no le gustaba verlo así, y suponía que a su hermano tampoco, así que decidió ignorarlo.
Pero claro, eso lo decidió él, porque Taehyung no se dió por vencido y volvió a hablar, esta vez más fuerte.
—Minnie, ¿qué ocurrió? ¿De nuevo te molestaron? —La preocupación se notaba en su voz.
Y, ah, ese era otro tema.
Los niños en su colegio se burlaban constantemente de él por ser un alfa predilecto. Sus abuelos eran alfas, sus padres eran alfas, su hermano también lo era; lógico sería que él también lo fuera. Pero había una cuestión.
A Jimin no le gustaba la violencia. Era delicado y sensible como lo sería un omega, y en un mundo como ese, ser omega era lo peor. Aún era bastante pequeño como para entender aquellos temas, pero por converzaciones que alguna vez escuchó, los omegas estaban peleando por sus derechos.
Según su mami, la tía era una omega, y siempre tuvo bastantes problemas con eso. Seguro ella estaba preocupada por él, y ni quería que sufriera también.
Pero lo que no sabía, era que con su actitud, ya estaba lastimándolo.
Taehyung, al no recibir respuesta ni un pequeño movimiento, se dió la libertad de apartar la sábana, sacando al menor de sus pensamientos, y encontrándose con una imagen que no quería ver.
