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Ninguno quería que se acabara, ambos querían seguir con eso, sin embargo, cada vez se volvía más difícil despedirse, el tiempo juntos les parecía pasar muy rápido.
Una vez al mes ambos se encontraban en el mismo hotel en la misma habitación. El veinte de cada mes era el día en que liberaban toda esa energía acumulada de días de deseo y virtualismo morboso, ese día se rompía la monotonía para ambos y se habría paso a la lujuria y la morbosidad del deseo de probar cosas nuevas, de volver realidad cada sueño erótico.
Sin importar si hace frío o si una oleada de calor los ataca, ni si surge alguna tormenta. Tampoco los detenía el cansancio, ni el estrés, ni el miedo o el peligro...ni sus respectivas parejas.
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El calor era sofocante y la gran multitud bailando y saltando de un lado al otro derramado sus bebidas solo lo empeoraba, ahora Yoongi se encontraba sudado, aturdido y pegajoso solo deseaba tumbarse en cualquier lugar para ver si así el piso dejaba de moverse.
ㅡJimin!ㅡ gritó lo más fuerte posible, pero no lo suficiente como para que su amigo lo oyera encima de la música.
ㅡJimin!ㅡ volvió a gritar esta vez atrayendo a su amigo a su cuerpo, quién ni con el cambio brusco de posición dejó de bailarㅡ busquemos un lugar más tranquilo ㅡ dijo esta vez más cerca de su oído.
Ambos se tomaron muy fuerte de las manos para que la multitud no los separará, se encaminaron a las escaleras y fueron a la última habitación. Apenas Jimin cerró la puerta detrás de él Yoongi se tumbó en la cama.
ㅡCreo que nos metimos en la habitación de soobinㅡ dijo Jimin al ver la decoración de la habitación, un estante estaba repleto de figuras de acción junto con peluches de felpa, en un rincón había varios recipientes llenos de bloques, y uno que otro autito de carrera por el suelo.
