GERARD// frerard

C A P Í T U L O II

D I C I E M B R E, 1 9 5 2.

Frank observa su casillero, mientras que el timbre incesante indica que la tienda estaba siendo cerrada. Se quita su uniforme de Frankenberg y procede a colocarse su abrigo y bufanda. El interior de su casillero está decorado con fotografías que él ha tomado, al lado de otras en donde se encuentra junto a Jamia en Coney Island. Cuando Frank guarda los guantes de Gerard en su bolso, el timbre recién se detiene.

Al dirigirse a la salida ve a la señora de las cajas acomodándose sus botas de invierno con gran dificultad. Le da un saludo, antes de limpiarse el polvo de sus ropas y salir por la puerta.

Se encontraba con Jamia, Brian y Pete sentados en la sala de proyección, viendo una película a través de un modesto panel de cristal, y fumando cigarrillos. Frank tiene a Jamia en sus piernas, pero ella parece más concentrada en besar su cuello que en el film. Brian, quien es el productor y anfitrión de la reunión, está sentado cerca de los engranajes, mientras que su amigo Pete, está lo más apegado posible a la película, anotando ocasionalmente cosas en una pequeña libreta. La película se llama Sunset Boulevard, y la escena muestra a Norma Desmond en la víspera de año nuevo bailando con Joe Gillis. Frank está fascinado con la actitud de Pete, pero Brian lo detiene cuando golpea su cabeza.

– Muévete. Nadie puede ver la pantalla.

– Da igual, nadie está viendo – Dice Jamia mientras se acurruca contra Frank.

– Yo estoy viendo – Responde Frank mientras ríe.

– La he visto seis veces. Estoy buscando la correlación entre lo que los personajes dicen y como realmente se sienten – Dice Pete dirigiéndose hacia Frank.

– Mi amiguito Pete, el idiota de las películas – Susurra Brian.

Pete, avergonzado, se mueve tranquilamente más lejos de la pantalla. Pero la sigue viendo, y sigue anotando pequeñas cosas. Frank lo observa.

Después de ver la película, el grupo de amigos se dirige a un bar, donde Jamia y Brian beben un poco demás. Una fila de cervezas vacías se encuentra al frente de ellos. Pete sorbetea un vaso de coca-cola y Frank sostiene un vaso con vino.

– Sólo puedo soportar la cerveza, todo lo demás me hace querer vomitar – Exclama Pete.

– El vino me hace sentir travieso, en un buen sentido.

– ¿Hay otra forma de sentirse travieso? – Responde Brian, mirando hacia Frank.

– Bebo para olvidar que tengo que trabajar en la mañana – Dice Jamia, ajena a la conversación.

– Ese es tu problema, Nestor. Necesitas beber porque recuerdas que tienes un trabajo y trabajar para alguien apesta.

– Tú también tienes que trabajar, Brian – Le reprocha Frank

– ¿Le llamas a eso trabajo? Yo más bien le digo... ilusión.

– De igual forma recibes paga ¿Es acaso el dinero una ilusión? – Comenta Pete.

– Mi amiguito Pete, el idiota filosofo.

– ¿Dónde trabajas? – Pregunta Frank dirigiéndose al nombrado.

– ¿No sabías? – Pregunta Jamia – Pete trabaja en el New York Times – Dice mientras ella y Bri hacen burlescas muecas de asombro.

– ¿Bromeas? – Frank exclama con genuina impresión.

– Sí, la diferencia es que los que imprimen no ganan premios Pulitzer – Brian murmura pero Pete simplemente se encoge de hombros.

– Sigue siendo un trabajo – Dirige su mirada a Frank – Me gustaría escribir, es por eso que veo películas.