C A P Í T U L O VII

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D I C I E M B R E, 1 9 5 2

La celebración de Navidad para los empleados se estaba llevando a cabo en el departamento de ventas, lo que significaba el mismo aburrido y viejo almuerzo sumándole galletas de Navidad, música navideña y alguna que otra decoración. Frank se encontraba en la fila del buffet a un lado de la empleada que había ayudado la vez pasada, la cual se presentó a sí misma como Ruby Robicheck, juntos hacían la fila para recibir la comida a la par de los demás empleados. Cuando fue el turno de Ruby, el joven que servía la comida le dio una doble porción en una caja aparte. Frank nota esto y Ruby sabe que él siente curiosidad.

– Cuando vives solo, cada centavo cuenta. Economizas sin darte cuenta, ya verás.

– ¿Usted supone que vivo solo?

– Bueno... es lo que aparentas – Dice muy segura de tener razón.

Frank y Ruby se sientan en una de las mesas. La mujer escarba en su bolso hasta encontrar un pedazo de papel y un lápiz, se inclina para escribir su dirección y número de teléfono, después procede a dárselo al menor.

– Sé todo lo que hay que saber acerca de este lugar. Te puedo poner fácilmente al día.

– Gracias, pero estaré sólo unas jornadas más aquí.

– ¿Ah sí? ¿Adónde irás? ¡Ya sé! ¿A Macy's? Pareces tener cierto estilo al vestir.

Ruby se siente complacida a pesar de que Frank no contestó ninguna de sus preguntas sin más que una sonrisa divertida, ella simplemente empieza a digerir su almuerzo con gusto mientras se quedan en silencio. Frank observa como ella come, de hecho él mira a todos los empleados comer, le gusta como parecen estar coordinados con sus movimientos. El castaño desliza su bandeja hacia la mujer.

– Puedes tomarla. No me siento con apetito.

– ¿Seguro? Son costillitas... – Frank asiente. Ruby toma la comida del más bajo y la guarda dentro de la caja en donde llevaba la otra comida. – Eres un buen chico. Puedo pasar dos o tres días con esto.

Frank le responde con una sonrisa ya que se había quedado sin nada más que decir.


Brendon Urie, el abogado de Gerard, estaba haciéndose camino a su oficina cuando detiene súbitamente su paso al notar al mismo Gerard dándole un pequeño presente de Navidad a su secretaria.

– Feliz Navidad, Katherine – La mujer lee el remitente mientras se apresura en desenvolverlo – Ohhh...

– No es nada, te lo aseguro – Después de ese comentario, se voltea en dirección a su abogado – Bueno, aquí estás ¿Ahora me dirás qué sucede?

– Me hubiera gustado que no tuvieras que haber venido hasta aquí-

– Sólo- dímelo, de frente, Brendon ¿De qué no me tendré que preocupar hasta después de las fiestas?

Se instalaron dentro de la oficina del susodicho y éste cierra cuidadosamente la puerta. Se toma un respiro antes de continuar.

– Mira, Jerry me dio unos papeles esta mañana, para mi sorpresa ¿Por qué no tomas asiento?

– ¿Por qué la gente suele pensar que vas a tomar mejor las malas noticias si te sientas?

Hay un silencio incómodo. Brendon hace sonar su garganta.

– Lindsey ha solicitado una orden judicial en donde te niega el acceso a Bandit hasta el día de la audiencia sobre la custodia. De hecho, tengo miedo de pensar que Lindsey ha cambiado su opinión sobre nuestro acuerdo. Ahora quiere tener la custodia total de Bandit.

GERARD// frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora