GERARD// frerard

C A P Í T U L O IV

D I C I EM B R E, 1 9 5 2.

En una gran habitación junto al vestíbulo, con una gran chimenea y mayordomos pasando por todos lados ofreciendo tragos y comida, Lindsey se encontraba en un círculo de personas junto a sus padres, su amiga Jeanette y su marido.

– He intentado hacerlo entender John, pero Gerard parece no interesado en seguir negociando – Habla el padre de Lindsey dirigiéndose al dueño de casa.

– Creo que él está demasiado ocupado pensando en otras cosas ahora mismo, padre – Dice Lindsey hacia su progenitor. Se sumergen en un reservado silencio, todos sabían a lo que se refería la mujer.

Lindsey desvía la mirada, observando a Gerard sacándose su abrigo en el vestíbulo.

– Discúlpenme – La pelinegra hace su camino entre los invitados para unírsele a su esposo.

Se encontraban en el salón de baile. Se escuchaba de fondo "Harbour Lights", mientras que Lindsey y Gerard bailaban suavemente al ritmo de la música. Gerard observa a un hombre vestido mucho más formal que él. Lindsey nota esto y trae a su esposo más cerca de ella.

– Siempre serás el hombre más atractivo en cualquier habitación.

– Dile eso a tu padre.

Ambos miran alrededor de la habitación y notan la mirada del padre de Lindsey sobre ellos, y en efecto, lucía como si hubiera masticado un diente de ajo.

Gerard y Lindsey, junto a los padres de esta, se movían a través del buffet con sus platos. La madre de Lindsey merodeaba, ordenando los vasos y las servilletas para el personal.

– Quizá necesitemos contratar un chico que se disfrace de Santa para Bandit en navidad ¡Si sólo hubiera uno que entrara en la chimenea! – Se voltea hacia Gerard – ¿Cómo lo organizan ustedes?

– Uh ¿A qué se refiere?

– La mañana de navidad, con Bandit – Gerard intercambia una sutil mirada con Lindsey antes de responder.

– Oh, nosotros... usualmente nos levantamos al amanecer, Linds y yo, y- y traemos los regalos de Bandit juntos. Los colocamos debajo del árbol y esperamos por ella. Donde- ella normalmente-

– Usualmente, baja rápidamente de las escaleras y apenas nos nota antes de lanzarse a abrir sus regalos – Lindsey lo ayuda a terminar su idea.

– Sí, así es – Le dedica una mirada agradecida a la pelinegra.

– ¿Entonces, sin Santa Claus? – Pregunta la mayor.

– Sin Santa Claus.

Gerard y John se encontraban en los jardines. La fiesta aún se divisaba a través de las puertas de la casa, mientras ellos fumaban un cigarrillo. Gerard abre los primeros botones de su camisa para sentirse menos ahogado. John toma un gran bocado de su cigarro antes de hablar.

– ¿Podrías avisarme si Jeanette está cerca? Detesta que huya de las reuniones.

– ¿Y qué puede hacer respecto a eso? ¿Encerrarte con llave? – Responde Gerard riendo.

– Sí... es estúpido – Ambos se quedan en silencio por un rato – Gerard, realmente no es asunto mío, pero si estarás solo en navidad, a Jeanette y a mí no nos importaría recibirte.

–...Gracias, John – Dice Gerard, realmente afectado por la inesperada proposición.

Vuelve a mirar dentro de la fiesta: las parejas bailaban a través del salón.