Presentate las veces que hagan falta.

07

"La tigre del bolsillo"

"Foto tomada por Adamaris, Dafne e Isaac. Se suponía sería de cuerpo completo pero se estaban peleando por la cámara y sacaron mal la fotografía."

Algún día de lluvia en octubre del 2009.

Dafne...

Los gritos de Ali regañando a los chicos se escuchaban a varios metros de distancia, era martes, esos días el bar no abría, pero durante las tardes después de la escuela el dueño se los prestaba a los chicos para que pudieran ensayar sin distracciones, solía hacerles compañía luego de acosar a mi vecino Sebastián por la ventana de la habitación de mi hermano.

-Suena horrible. ¿Qué diablos ocurre con ustedes?- escucho a Isaac reprochar.

-Claro que suena horrible, le diste a Fernando mi guitarra... ¡Mi guitarra!- Grita Alicia, ella siempre a odiado con todas sus fuerzas que toquen sus cosas.- Si me dejaras a mi tocarla, no sonaríamos mal, pero no, el niño quiere romper mi orden. La guitarra es mía, el canta, así debe ser. Aparte se la podrías al menos dar a otro como Ángel o Carlos. ¡Pero no! Se la diste al más inútil, solo hacía falta que le dieras mi teclado a Antonio.

-¡Oye!- reprocharon Fernando y Antonio al unísono.

Con solo una mirada enojada de Alicia ambos se callan repentinamente.

-Denle su guitarra antes de que incendie al lugar- digo de la nada asustando a más de uno.

-Ojos de moco- mi mejor amiga me saluda alegre, la única chica de su grupo.

-Ella incendiaría el lugar por diversión- interfiere Carlos, un chico moreno y delgado, el más delgado de todos, logrando que todos asintamos entre carcajadas.

-Quiero café- reniega la pelinegra tumbándose al suelo mientras Ángel se le tira encima para abrazarla.

-Mejor cuéntanos algo nuevo- dice Carlos uniéndose al abrazo junto a Isaac.

-¡Quiero intentarlo!- gritan el dúo dinámico de Fernando y Antonio, los llamábamos así ya que sin siquiera planearlo era como si se sincronizaran, completaban las frases del otro, decían lo mismo, incluso tenían un físico bastante parecido, a excepción de sus ojos: Antonio era un chico de ojos azules y brillantes, los ojos más bonitos del paquete de idiotas.

Alicia conoció a los chicos en diferentes grados de la escuela, juntos se volvieron inseparables, unos años después llegamos Adamaris y yo, nunca llegue a llevarme el todo bien con ellos ya que había una cierta rivalidad debido a la creencia que tenían de que buscaba quitarles a Ali.

-Enserio quiero café... -repite Alicia aun con los chico arriba de ella.

-Voy yo- dice Isaac, el más alto de todos saliendo del bar para cumplir el antojo a la pelinegra a lo que la miro subiendo y bajando las cejas mientras los demás chicos la molestan haciendo que se ponga roja.

-Déjenla, ya está reservada.

-¿Por quién?- me pregunta celoso Ángel, mientras los demás se paran del suelo con rapidez en el mismo estado.

-Su acosadora, la que se sienta a verla en la mesa del rincón.

-Grítalo si quieres- dice Ali rodando los ojos mientras me patea- te dije que no lo dijeras, traidora.

-Cuando la vea te voy a molestar - dice con malicia Carlos mientras le hace segunda Antonio.

-Le traje café a la Reina- anuncia Isaac entrando al bar acompañado de una delgada chica morena- observen a quien me encontré.

-Rocola- dice emocionada la pelinegra mientras ambas la abrazamos.

Ese era el apodo que Ali le había puesto ya que sin importar que canción se oiga en la radio o estemos cantando, ella se la sabe. A mi solía decirme ojos de moco por mi color de ojos.

Me cuesto en la pierna de mi amiga mientras ella acaricia mi cabello y Adi se recuesta en la otra pierna, es de la pocas amigas que tengo, nunca he sido muy buena conservando amistades, pero con ella es diferente, ella no es como las demás. Es mi mejor amiga, medio bato, pero a fin de cuentas mi mejor amiga.