14

20 5 2
                                    

"Cuando le cortaron las alas"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Cuando le cortaron las alas"

"Uno de los pocos días soleados durante ese verano, día de reflexiones y madurez, uno de esos días en los que comprenden que han dejado de ser unos niños sonrientes. Foto tomada por Fernando cuando eran felices y no lo sabían."

Día 2,924.

22-06-2018

Rubí...

Es increíble como el tiempo pasa, rápido, sin piedad. Como se lleva las hojas de los arboles sin siquiera avisar, como nos quita el calor solo por maldad. Hace varios años yo podía llegar de la escuela directo a los brazos de mamá, January nos haría reír durante la comida y Ali tocaría algo para nosotras antes de irnos a la cama.

Pero el tiempo pasa y no te espera, en un abrir y cerrar de ojos ya no era la niña de los dos moños, ahora tengo dieciséis años y una vida de construir. Mamá ya no estaba, mi hermana estaba cada día peor y mi pingüino parecía más muerta cada día, no podía culparla teniendo en cuenta lo mucho que la vi sufrir a un lado de mi hermana estos últimos cuatro años.

Alicia siempre me crió como a una princesa y me dijo que no importara con quien, esa persona tenía la obligación de tratarme igual, o incluso, mejor. Era como mi hada madrina, mi protectora, la que se había perdido su vida para darme una a mí.

-Pingüino.

-Ali pingüino- le respondo a la pelinegra desde la cama.

-Voy al parque con los chicos. ¿Vienes?

-Eso no se pregunta- le digo tomando su mano para correr juntas hacía la salida.

Caminamos por la cera hasta que vemos a los tres chicos y a Dafne haciéndonos señas emocionados.

-Enana- gritan emocionados al ver a Ali, ella corre feliz a sus brazos.

-¡Daf! te vez preciosa- le dice mi pingüino a la rubia ya de veinticuatro años con una pequeña pero abultada panza de embarazada, la veía sonriente del brazo de un rubio, Tony- ¿Ya pensaste un nombre? Puedo ayudarte. ¿Qué tal Susana Horia? Tengo una mejor... Marcí Ana, no espera... Zoila Cerda.

Se había casado con Tony, al fin había superado a su vecino Sebastián, una boda hermosa en la que Ali y yo fuimos damas de honor junto a los chicos que fueron padrinos. Ahora esperaban a una niña.

-¡No llamare así a mi pequeña! Ya le encontramos nombre- dice viendo a los demás juguetona- Alicia...

-No es cierto... ¡Los amo tanto!

-Dale las gracias a tus amigos, ellos me dieron la idea- concluye con nostalgia abrazando a la pelinegra que retenía los lágrimas, sin duda todos echaban de menos a Antonio y Carlos, y sin embargo, nombrar a Isaac y Adamaris aún era impensable.

-¿Cómo has estado, Rubí?- me dice Ángel pasando un brazo por los hombros de Ali.

Había cambiado mucho las cosas en estos últimos meses. Isaac seguía sin aparecer, la policía aún no lograba dar con él y Adamaris parecía haber sido tragada por la tierra. Todo su alrededor se les había derrumbado de un día para otro. Parecía que de los amigos cada día quedaban menos.

-Bastante bien, he sobrevivido a la preparatoria gracias a pingüino.

Me había vuelto parte de la familia hacía bastante, eran buenas personas y lo que más les gustaba en el mundo era velar por el bienestar de Alicia, algo que teníamos en común.

Sin embargo, cada vez que los veíamos; su manera tan dulce y protectora de tratarla me hacían imaginarme su vida antes de January, de mí, así como pensar en cómo pudo haber sido la vida de mi pingüino de no habernos conocido. Tal vez habría terminado la universidad, sería una gran abogada y tocaría en la banda en sus tiempos libres, tomaría café junto a alguien que no la hiriera tanto, se casaría, tal vez tocaría para alguien que si lo mereciera y tendría a su familia cerca, los chicos. Pero nos conoció, y se le escapó de las manos su cuento de hadas, al hada madrina de la princesa le cortaron las alas. Maldigo en día en que January apareció en su vida, tal vez de no haberlo hecho ella sería feliz, ella no estaría tan muerta, no estaría tan rota.

La veo caminar con sus amigos entre risas, esa risa que rara vez escuchaba en casa por culpa de las vistas de Viernes, al lado de ellos ella sí estaba a salvo.

-Amor, no te quedes atrás- me dice pingüino tomando mi mano para que camine a su lado.

Lo vi pasar, cuando menos me lo esperaba, cuando lo único que pensaba era en lo horrible que parecían nuestra vidas, y él con una mirada me borro todo signo de inconformidad. Sus ojos oscuros me vieron un par de segundos, como si no quisiese apartar la mirada. Me sonrió, como si hubiera visto lo más hermoso del mundo y lo único que pude hacer fue ver como se alejaba con nerviosismo. Voltea hacía enfrente donde Ali me ve con ojos llenos de ternura.

-Anda, háblale. Yo te esperare por allá- me dice señalando una banca.

Camino a paso lento hacia el chico de cabello negro que mira ilusionado como me acerco.

-Soy Rubí.

-Ariel- responde sonriente, para después pasar la tarde hablando y conociéndonos, sintiendo como en cada una de sus miradas más se me construían las alas, yo solo pedía que una vez que aprendiera a volar, no me las cortara.

A lo lejos un gran grupo miraba la escena, en especial una joven mujer de cabello negro y ojos llenos de amor y tristeza.

-Ya no es una niña, Ali- le dice Dafne acariciando su espalda.

-Lo sé, es solo que... yo crié a esa niña sabiendo que no era mía y que tarde a temprano tendría que verla crecer y marcharse de mis brazos, aun sabiéndolo, creo no estoy lista...- contesta con un nudo en la garganta.

-Nunca lo estarás, por más años que pasen- dice Ángel abrazándole. Por un momento podía haber jurado que era Adamaris la que, como siempre, le apoyaba en todo, pero su imagen se desvanecía dejando la mirada cariñosa de mi amigo. Ella ya no volvería.

-A veces por mucho que amemos algo y lo mucho que nos ame ya no nos pertenece, es mejor soltar la soga a que te siga lastimando- dice Fernando, el único integrante del dúo dinámico que queda, mientras los demás asienten.

Ali solo baja la mirada sabiendo que sus amigos no solo se referían a su pingüino y la imagen de su hermosa January se apoderaba de su mente, otra vez. Por un momento Ali volteo a ver a sus amigos con una sonrisa triste, podría jurar que atrás del grupo había un rubio de ojos azules siendo abrazado por un chico moreno y delgado, solo parpadeo un segundo y al abrir los ojos de nuevo las dos figuras volvieron a esfumarse.

 Por un momento Ali volteo a ver a sus amigos con una sonrisa triste, podría jurar que atrás del grupo había un rubio de ojos azules siendo abrazado por un chico moreno y delgado, solo parpadeo un segundo y al abrir los ojos de nuevo las dos figur...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Presentate las veces que hagan falta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora