"Cuando al fin lo amarro"
"Foto tomada por Isaac el día más feliz en la vida de Dafne, ella le pidió que la tomara ya que quería tener un recuerdo de las caras de sus amigas al verla por fin en un vestido."
Día 2,780.
12-01-2018.
Alicia...
Una lagrima solitaria resbalo por mi mejilla, las chicas a mi lado soltaban escandalosos sollozos, otras gritaban emocionadas. Recuerdo las tardes en que Adamaris, Dafne y yo nos sentábamos al fondo del salón solo para poder reír sin que alguno de los profesores nos interrumpiera, cuando solíamos jugar basta entre trampas y risas. Recuerdo bailar como si nadie nos viera porque en realidad eso nunca nos importó. Recuerdo saltar sobre los charcos que quedaban luego de que lloviera, caminar juntas por la calle y sin importar que tanto tuviéramos que esperar en la parada del autobús, nunca nos aburríamos porque no nos molestaba hacer el ridículo a cambio de un rato divertido, no nos importaba hacer tonteras porque sabíamos que las demás nos seguirían la corriente.
No supe en que momento crecimos, cuando dejamos de ser unas chiquillas que reían de todo, y lo hacían extremadamente fuerte porque no le tenían miedo al como las miraran los demás. No supe en que momento pasamos de coletas y bobadas, a cansancio y responsabilidades. No me di cuenta en que momento Dafne se soltó por fín el cabello y dejo la horrible falda escolar para remplazarla por el hermoso vestido blanco que posaba para nosotras.
La rubia había logrado, luego de meses de esfuerzo, que Anthony aceptara casarse con ella, claro que lo hizo luego de sus suplicas y nuestras amenazas, además de los amarres que estoy casi segura empleo.
Me acerco a abrazar a la que fue por años mi hermana, Adamaris la amenaza diciéndole que le cortara la mano si llora y arruina el maquillaje que le acaba de hacer. Ella, Rubí, la hermana de Tony yo seriamos las damas, su madre no dejaba de ver a su hija con una mezcla de amor y tristeza. La iglesia estaba decorada de rosas azules, mientras entraba la novia sonaba la canción de Sebastián Yatra, un año. Dafne entro del brazo de su padre mientras Ady y yo pisábamos al novio para que soltara algunas lágrimas. La misa paso sin preámbulo.
Una vez en el salón donde se llevaría a cabo la fiesta había varias parejas bailando, la alegría se notaba en el aire. Decidí no traer a January con nosotras, se había molestado mucho pero no iba dejar que viernes arruinara la boda de mi amiga. Esta se acerca junto a Ady.
-Venga, Ali. Vamos a bailar.
-Te sigo, ojos de moco.
Bailamos juntas un rato, sin ningún pudor. Cada quien había hecho ya su vida por separado, claro alguna tenía una mejor que las otras. Adamaris y yo éramos como un desastre natural. Cada una se había hecho huracán, hechas de los mismo, criadas juntas, pero con el destino de derrumbar distantes ciudades, de herir distintas personas, pero Dafne era como un prado de rosas azules, de esas que no encuentras en cualquier lado y que parecen tan frágiles que sientes la necesidad de protegerlas, pero en un descuido, entre caricias, no falta la espina que te daña y te demuestra que esa rosa es más de lo que esperabas.
Camino a mi mesa dejando a las chicas en la pista.
-¡Enana!- grita Antony acercándose- gracias por presentarme a Daf, eres la mejor.
-Solo haz que no me arrepienta- le digo abrazándolo, como me recuerda a mi Antonio.
Veo a Adamaris acercarse a Dafne para despedirse de ella con un fuerte abrazo y ojos cristalizados que cualquiera confundiría con orgullo y felicidad, solo hizo falta ver sus ojos lastimosos para saber que algo no iba bien. Luego de hablar con la rubia camina rumbo a la salida, con paso tan lento, digno de quién se marcha sin querer hacerlo. Me despido de Tony para seguirla.
-¿Te vas sin despedirte?- le digo a su espaldas a lo que ella suspira con pesadez, sabía que lo que evitaba era verme a la cara.
-Ya sabes, asuntos que atender.
-¿Y la verdad a qué hora viene?- le pregunto viendo como las lágrimas están a nada de correr por sus mejillas- ¿Qué te hicieron, Adi? Te vez tan... rota.
-Sé que tu más que nadie sabes lo que es que la vida no sea como te la imaginabas, ver la vida que siempre soñaste pasar frente tus ojos y dejarlo ir por amor y un día despertar y preguntarte si en verdad lo valió...
-Tienes razón, lo sé- la abrazo dejando que ella esconda su cara en mi cuello, siento sus lágrimas mojar mi hombro pero es lo que menos me importa, sé que lo que más necesita es alguien que la consuele sin exigirle explicaciones. Carlos siempre fue mejor que yo para consolar a los demás, ese era su trabajo.
Se despide de mi con un hasta mañana y una de sus mejores sonrisas, pero yo sabía que en realidad se trataba de un hasta nunca. A medida que se alejaba la vi perderse entre árboles, oscuridad y mis recuerdos a su lado. Sabía que esa sería la última vez que la vería y aun así no la detuve, deje que se marchara junto a una gran parte de mi corazón. La vi alejarse con falso desdén y la cuide de lejos, una última vez.
Regreso al salón a seguir dividiéndome con mis amigos como si nada hubiera pasado, como si ella no hubiera pasado...
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Presentate las veces que hagan falta.
JugendliteraturEl trastorno bipolar; la hizo morir viva, la hizo olvidar. Es una maldición en forma de persona, se hace llamar Viernes. No tocó la puerta, sólo entró, sin pedir permiso. La encontró dormida en aquel sofá y decidió no despertarla, jamás. Le robó ros...