12

735 49 0
                                    

El verano había pasado tan rápido como un parpadeo. Poncho había empezado la universidad, como mi hermano, ambos estaban fuera de casa. Yo seguía viviendo con los padres de Poncho, estaba oficialmente instalada en su habitación, y ya había empezado el último año de instituto. Era raro no ver a ninguno de los dos por los pasillos, o no ir con ellos peleando a clase. Les echaba de menos, intentaban venir todos los fines de semana, pero no era lo mismo. Maite, Dulce y yo estábamos centradas en sacar todo con nota, y como Dulce se había echado novio, Maite y yo quedábamos siempre a estudiar, en su casa o en la de Poncho, para hacernos compañía.

- ¿Entonces este finde no vienen? - negué con la cabeza - que fastidio, Chris me dijo que venía y había preparado una cena para los dos... Mis padres no están este fin de semana...
- Bueno, me puedes invitar a cenar a mi. Sé que no es lo mismo, pero el apellido es igual, y comemos prácticamente la misma cantidad de comida - ambas reímos.
- A las nueve en mi casa - me guiñó el ojo - este fin de no quiero estudiar, ¿te vienes a dormir también y vemos pelis?
- Se lo diré a Isa - reí - después te veo.

Fui caminando a casa, no pillaba tan lejos en realidad, era casi una hora andando, pero me dejaba pensar con tranquilidad. Todavía hacía bueno, así que no me importaba caminar. Un coche me pitó cuando estaba a mi altura, pero simplemente lo ignoré, hasta que vi como frenaba y lo reconocí. Era el coche de Poncho, pero él me había dicho que no venían este fin de semana. Se bajó del coche y me sonrió.

- Eres dura con la gente que te pita eh - fui corriendo hacia él y lo besé.
- ¿Qué haces aquí? Me dijiste que esta semana no venías - golpeé su brazo - mentiroso.
- Hemos venido los dos - sonrió y vi a mi hermano sentado en el asiento del copiloto - ayer nos quedamos hasta tarde para terminar todo y daros una sorpresa.
- Ay que bien - sonreí abrazándolo fuerte - Chris, no digas nada a Maite, he quedado para cenar hoy con ella en su casa, no están sus padres, dale la sorpresa.
- Estupendo, gracias Annie - mi hermano sonrió poniéndose rojo.
- De nada - reí feliz - bueno, llévame a casa, tengo mucho hambre y tu madre tendrá que preparar más comida.

Poncho arrancó el coche y fuimos hasta casa. Su madre pegó un gran grito cuando les vio entrar por la puerta de la cocina, empezó a decir que le teníamos que haber avisado para hacer una comida de bienvenida, pero terminamos convenciéndola de que lo mejor era un buen plato de pasta boloñesa.

***

La noche había llegado, mi hermano se había ido y los padres de Poncho habían salido a tomar algo con unos amigos. Estábamos los dos en la habitación, solos, esperando a que llegase nuestra cena.

- ¿Qué película vemos? - dije rebuscando entre las que tenía nuevas.
- Y si pasamos de la peli - dijo él besando mi cuello.
- Me gustaría cenar con una película - dije riendo - luego tendremos tiempo de lo demás.

Poncho rió y se sentó a mi lado, elegimos una película y preparamos la cama para verla y cenar. El timbre sonó justo a tiempo, él bajó a pagar y subió con la pizza. La película empezó, al rato la pizza se terminó y Poncho empezó a acariciarme el brazo haciendo que se me erizara la piel. Levanté mi vista para mirarle y me acerqué a sus labios lentamente. Los besos fueron subiendo de tono y pronto estábamos los dos bajo las sábanas siendo uno solo.

- No sabes cuanto te echo de menos durante la semana - dijo Poncho una vez estábamos los dos tumbados en la cama - la semana se me hace eterna sin ti.
- A mi también -besé sus labios castamente - es raro pasar por los pasillos y no verte, o no ir y venir al instituto contigo en el coche...
- ¿Mañana vas a trabajar? - me abrazó más.
- Dejé el trabajo, perdía mucho tiempo yendo a trabajar. Sabes que quiero buena nota al final - él asintió.
- Mi sexy empollona - besó mi nariz dulcemente.

A tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora