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- Señorita Puente, tenemos que hablar con usted - dijo el médico entrando en la sala en la que estaba.
- Ya sé lo que me va a decir - miré al suelo apenada - lo he perdido ¿verdad? - él asintió apenado.
- Lo siento mucho señorita... Tendrá miles de oportunidades - sonrió débilmente - pero además... Hemos visto algunas marcas en su cuerpo... Moratones e hinchazones. ¿Ha sido alguno de los chicos que está ahí fuera? - negué con la csbeza.
- No creo - dije - esa basura no sería capaz de estar aquí... ¿Podría hablar con mi novio antes de seguir?
- Si, claro - dijo el médico - ¿quién de los dos?
- Alfonso, gracias - dije antes de que saliese por la puerta.

Estaba tumbada en la camilla, esperando a que Poncho llegase. Necesitaba contarle lo que el médico me había dicho. Toqué mi vientre ahora vacío y una lágrima amenazó con salir, pero la puerta se abrió y la limpié rápidamente.

- Mi amor, ¿cómo estás?, ¿te duele algo? - empezó a examinarme él mismo con cuidado.
- Si, si... Estoy bien... Me duele un poco pero se pasará - sonreí un poco - el médico ha venido a hablar conmigo, han notado todos los golpes que tengo y me preguntó si Chris o tú me habíais pegado - me miró con los ojos abiertos - obviamente dije que no...
- Gatita - me miró serio y acarició mi mejilla - tienes que decirlo... Podría haberte matado a golpes si Chris y yo no intervenimos...
- Si, lo sé... - miré al suelo - tengo que poner la denuncia...
- Annie - susurró con la voz ronca Poncho - co... Cómo... El bebé, ¿sigue? - me miró con culpa.
- No - susurré negando con la cabeza lentamente.
- Lo siento tanto... No te he sabido cuidar... Ni a ti, ni a nuestro hijo...
- No te culpes... Ha sido culpa de mi padre - acaricié su mejilla - a lo mejor no era el momento... Pero el médico me dijo que tengo toda la vida para tener hijos... - hice que me mirase a los ojos - Tenemos toda la vida - acaricié su mejilla de nuevo y él me sonrió triste.
- Te amo tanto - dijo antes de besarme - pero tienes que denunciarlo ya. Antes que haga algo más...
- Si, sólo quería hablar contigo antes.

Poncho se quedó un rato más conmigo. Le resultaba extraño que no llorase, pero supongo que estaba en shock, el médico entró de nuevo, seguido de dos policías. No entendía nada, supongo que los habría llamado por sospechas de maltrato físico.

- ¿Es usted Alfonso Herrera? - dijo uno de ellos.
- Si, soy yo. ¿Pasa algo?
- Tiene usted una denuncia por violencia física contra el señor Carlos Puente - abrí los ojos como platos - tiene que acompañarnos.
- Perdonen - interrumpí yo - Carlos Puente es mi padre, y él solo me estaba defendiendo - dije señalando a Poncho.
- ¿Cómo defendiendo? - suspiré, iba a contar mi verdad después de muchos años.
- Mi padre me estaba golpeando por haberme quedado embarazada haciendo que pierda al bebé, y Poncho fue para defenderme... No le pegó porque quiso, sino en defensa propia...
- La versión del señor Puente es totalmente distinta - dijo un policía mirando su móvil - él dijo que el señor Alfonso Herrera se cabreó al perder una apuesta y se lanzó a pegarle.
- Totalmente falso - negué con la cabeza suspirando - de prueba me tienen a mi, mi expediente se lo puede dar el médico - lo miré - mi novio es inocente, solo estaba defendiéndome.
- Bien, aun así, debería acompañarnos, solo le haremos unas preguntas...
- ¿Hasta la comisaria para unas preguntas? - dije alarmada.
- No, aquí fuera. Tenemos que hablar también con usted... ¿Había alguien más?
- Mi hermano, Christian, está en la sala - los policías asintieron a la par - ¿puedo despedirme de mi novio?
- Oh, si. Claro - dijeron saliendo poco a poco.
- Gracias por defenderme y contar la verdad - sonrió - en un rato vuelvo - me dio un casto beso y salió para hablar con los policías.
- Ha sido usted muy valiente - dijo el médico volviendo a entrar - cuando vinieron a por ese chico pensé que me había mentido sobre quien le había golpeado, pero veo el amor que se tienen...
- Si... gracias - sonreí de lado - solo quiero que esta pesadilla acabe y pueda volver a mi casa con mi hermano y mi novio, sin que mi padre esté allí para meternos miedo... Llevo sufriendo en silencio muchos años. Demasiados - concluí y esperé a que Poncho regresase.

A tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora