A tu lado

15

Llegamos a la fiesta cuando la gente estaba con alguna copa de más. La música estaba a tope y la gente bailaba sin ningún control. Entramos mientras oíamos repetidamente como nos felicitaban el año gritando y dándonos besos, todos estaban felices y bailaban unos con otros.

- Voy a por algo de beber - dijo mi hermano.
- Te acompaño - gritó Poncho antes de darme un beso y dejarme con Maite.
- ¿Estás bien? - me preguntó mientras nos movíamos hacia una de las paredes.
- Supongo - sonreí un poco - es raro, pero da igual...
- Si no te sientes cómoda podemos celebrar el año nuevo en casa...
- No, no - dije seria - una fiesta no me puede hacer mal. Os tengo a vosotros, y con tanta gente no se le ocurrirá acercarse - Maite asintió y empezó a bailar sobre el sitio animándome a hacerlo a mi también.

Poncho y Chris aparecieron con bebidas para todos, nos ofrecieron una a cada una y después se pusieron a bailar con nosotras. Poncho se acercó a mi y dejó un pequeño beso en mi cuello haciéndome estremecer. Sonrió sobre este y me acercó a él con su mano envolviendo mi cintura.

- No me importaría subir arriba y quitarte ese vestido - susurró pegado a mi oreja.
- ¡Poncho! - reí - no es nuestra casa siquiera.
- ¿Y? No me importa nada, estás muy buena - contestó él - incluso más que el año pasado.
- El año pasado terminó hace unas horas.
- Pues con cada hora que pasa estás más buena - negué con la cabeza y me mordí el labio.

Empezó a sonar mi canción favorita, así que me acerqué más a Poncho, si eso era posible, y comencé a bailar pegada a él de forma sensual. Él recorría mi cuerpo y mantenía su cabeza pegada a la mía, dejando milímetros entre nuestras bocas. Sentía su miembro rozar contra mí y me estaba excitando, no sabía que pasaba, pero tenía ganas de estar junto a él.

- Sigue siendo mi hermana pequeña - interrumpió mi hermano y yo puse los ojos en blanco.
- Chris, solo bailábamos... - dije yo.
- Oh, vamos, poco más y quedas embarazada aquí mismo...
- No seas exagerado... - me quejé.
- Eres pequeña todavía para esas cosas.
- Oh por Dios Chris, ni que fuese virgen... - mi hermano se quedó de piedra.
- ¿Cómo has dicho? - dijo mi hermano.
- ¿Qué? ¿Que no soy virgen? - reí y él me fulminó con la mirada como pudo - estuve embarazada ¿recuerdas eso? - me miró como si estuviese loca, estaba borracho como una cuba - No tiene importancia, déjalo... - suspiré.
- Que no tiene... Que no tiene importancia dice ¿La estás oyendo? ¡Que lo deje!
- Chris - dijo Maite riendo - ¿qué te pasa hoy?
- Que es mi hermanita... Y él mi mejor amigo... y... y...
-Y me cuida en todo momento - le tranquilicé mientras Poncho solo asentía.
- ¿No me lo pensabas contar? - Chris miró a Poncho.
- No voy a hablar contigo de lo que hago con ella Chris... Eres su hermano - se disculpó riendo.

Cuando conseguimos tranquilizar a mi hermano volvimos a bailar pegados. Tenía mucho calor y el poco alcohol que había tomado estaba empezando a hacer efecto. Tenía muchas ganas de ir al baño, así que di un beso a Poncho en los labios y, después de sus insistencias para acompañarme, pude ir sola al baño.

- ¿Hay alguien? - toqué la puerta del baño, para no llevarme sorpresas y al no recibir respuesta entré.

Me miré en el espejo retocándome el maquillaje y después me lavé las manos. Sonreí una última vez y pensé en lo que podía estar haciendo ahora mismo con Poncho, me mordí el labio negando y decidí que lo podíamos poner en práctica. Total nadie nos escucharía, y hacerlo en una casa ajena podía tener su morbo. Salí del baño y cuando cerré la puerta sentí como alguien me agarraba y me tapaba la boca desde atrás.

***

*Narra Poncho*

Annie fue al baño y yo me quedé esperando con Maite y Chris. Chris estaba muy gracioso borracho, hacía aun más drama que no estándolo, miré el reloj varias veces, el tiempo pasaba y Annie no aparecía. Así que subí en su busca. Abrí la puerta del primer baño y no la encontré, vi que había otro baño cerca, tampoco estaba. Estaba empezando a preocuparme, no podía haber pasado nada, había demasiada gente para que pasase algo. Vi en el suelo algo brillando, me agaché y lo recogí, era una pulsera, una pulsera de Annie. Miré a todos lados, todos borrachos, riendo, bailando o besándose unos a otros. Empecé a preguntar uno por uno, pero nadie había visto nada. Empecé a abrir todas y cada una de las puertas gritando su nombre, pero nadie contestó, aunque interrumpí a más de una pareja en plena acción. Bajé corriendo en busca de Chris y Maite que reían y bailaban tranquilos, ajenos a todo lo que había pasado.