A tu lado

10

- ¿Pero que te ha dicho? - preguntó histérica Dulce por sexta vez.
- Que tenía que esperar a los resultados... - dije sentándome en la cama.
- ¿Cuándo los tienen? - agregó Maite.
- A finales de semana, me dijo que me acercase el viernes o el sábado... - miré al frente.
- Entonces todavía no sabes si estás o no... - negué - ¿y si hacemos un test de embarazo? - la miré abriendo mucho los ojos.
- ¡No! - grité haciendo que se asustasen.
- ¿Qué pasa?
- He oído que eso puede fallar. Y me da miedo... Prefiero esperar, además, puede que no lo esté...
- Pero Annie...
- ¿Qué no esté qué? - dijo Poncho entrando en mi habitación - qué tal la tarde de chicas - sonrió acercándose para dejarme un casto beso en los labios.

Las chicas salieron de la habitación después de despedirse, Dulce se iba a casa y Maite se iba con mi hermano al cine. Poncho se tumbó en mi cama para después abrazarme contra él.

- Te he echado de menos hoy - me susurró antes de dejar un beso en mi pelo - ¿qué tal el día?
- Bien, sin más...
- ¿Qué habéis hecho? - preguntó haciendo caricias en mi pelo.
- Nada del otro mundo. Hemos mirado algunas cosas en las tiendas, pero no he visto nada... Tendremos que volver otro día - sonreí.
- Bueno, no pasa nada - sonrió - tienes ya mucha ropa.
- Sabes que nunca es suficiente - reí un poco.
- Supongo - rió él también - oye, está mañana... - me puse nerviosa - te pasaba algo, lo noto gatita... ¿me vas a decir que era?
- No, nada - me separé de él y lo miré - es solo que el profesor me echó un poco la bronca, por molestar en clase y eso... Y bueno, supongo que estaba nerviosa.
- Mmmm... Mi novia es una chica mala... - dijo con la voz ronca y sensual.
- Un poco - dije yo acercándome a él para atrapar sus labios.
- Me encanta - dijo sobre mi boca.

No me gustaba ocultar cosas a Poncho, sobre todo porque me conocía tanto que, seguramente ahora mismo, supiese que estaba ocultando algo. Me puse sobre él para intentar distraerlo, atacando sus labios con mucha pasión. Poncho pareció feliz, pues me agarró fuerte contra él, haciendo que nuestros cuerpos pareciesen uno solo. La ropa empezó a desaparecer, hasta que nos quedamos solamente en ropa interior. Me levanté corriendo a cerrar la puerta, mi hermano o mi padre podían venir, y no creo que fuese la mejor bienvenida, sobre todo para mi padre. Cuando estaba volviendo a la cama, Poncho rió por lo bajo.

- ¿De qué te ríes? - pregunté quedándome a los pies de la cama.
- Eres tan pequeñita - dijo mordiéndose el labio inferior - me encanta. Tu cuerpo es perfecto, adoro acariciar tu piel, besarla...
- Qué vergüenza - dije tapándome la cara con ambas manos.
- ¿Por qué? Soy tu novio - rió de nuevo - puedo decir eso y muchas cosas más... - agarró mi mano y me acercó a él - estás muy buena - susurró - y ese sujetador es, sin duda alguna, mi favorito.

Solté una risa incontrolable a la que Poncho se unió. Rápidamente me abrazó para volver a besarme y finalmente ser uno.

***

La semana pasó lentamente. Dulce y Maite estaban incluso más nerviosas que yo. Chris no se olía nada, y sabía que Poncho estaba pensando que me pasaba algo, y se lo estaba ocultando. La mañana del viernes pasó aun más lenta de lo qué pasó la semana.

- Vienes al partido hoy ¿no mi amor? - dijo Poncho sentándose a mi lado.
- ¿Hay partido hoy? - pregunté mirando a Maite y Dulce - no sé si puedo ir...
- ¿Qué? ¿Cómo no? ¿Con quien has quedado?
- Con... May - dije mirándola.
- No. Eso es imposible, me dijo que vendría al partido hace media hora - intervino Chris, maldito sea.
- Eh... A ver, quiero decir que he quedado con May antes, y que si nos da tiempo iremos...
- Si, eso... Perdón, se me olvido comentarte que llegaremos tarde - sonrió Maite antes de besar a mi hermano en forma de disculpa.
- ¿Seguro que estás bien? - susurró Poncho en mi oído y yo asientí no muy convencida - no te creo nada. Tú y yo vamos a hablar de camino a casa - trague seco.
- Es que es cuando he quedado - me excusé.
- Entonces después del partido. Y no te vas a escapar.