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Poncho y yo íbamos a hacer un año de novios. Todavía recuerdo como si fuese ayer la cena en la que me lo pidió. Sonreí como una tonta y negué con la cabeza mordiéndome el labio inferior. Este fin de semana habíamos decidido pasarlo en el piso en el que estaba entre semana, cerca de su universidad, por fin iba a verle allí... Además íbamos a estar los dos solos y el domingo justo era nuestro aniversario. Me subí al autobús a primera hora de la tarde, el viaje duraba tres horas así que saqué el bocadillo que Isabel me hizo y me puse a comer mientras escuchaba música y miraba por la ventana. Sentí como el autobús frenaba y ahí me di cuenta que me había quedado dormida, vi que habíamos llegado y bajé casi corriendo de ahí.

- ¡Gatito! - grité mientras iba corriendo hasta él - mi amor.
- Qué tal el viaje gatita -dijo después de besarnos.
- Largo - sonreí - pero me quedé dormida - él rió y negó - además, vale la pena.

Fuimos a su piso, llegando justo cuando el último de sus compañeros de piso se iba a su casa. Me lo presentó y después nos quedamos solos. Mi hermano se había ido a pasar el fin de semana con Maite, además, no creo que le quisiese cerca con los planes que tenía con Poncho, así que estaríamos completamente solos.

- ¿Te gusta la casa? - dijo cuando terminó de hacer un mini tour.
- Me encanta - sonreí - hace mucho que quería venir...
- Lo sé - rió - pero todo se complicó un poco - se quedó callado - bueno, hoy hay una fiesta ¿quieres que vayamos? Solo me vas a conocer a mi, pero te bastara con eso.
- Vale - sonreí - quiero ver como son esas fiestas universitarias de las que tanto hablan, me tengo que acostumbrar para el año que viene - sonrió y me besó.

Decidí darme una ducha por el viaje y Poncho decidió acompañarme. Cuando terminamos de besarnos, acariciarnos y ducharnos, salimos los dos y nos empezamos a arreglar para la fiesta. Mientras yo terminaba él preparó algo para cenar, ya que decía que siempre había que ir con el estómago lleno por lo mucho que se bebía.

- ¿Cuándo terminas exámenes? - pregunté mientras cenábamos.
- Dentro de dos semanas. Volveré a casa después del último examen, en cuanto salga Chris iremos a casa.
- Y cuanto os quedáis...
- Hasta febrero - sonrió feliz - nos estamos esforzando mucho para poder pasar el mayor tiempo posible allí con vosotros.

Llegamos a la fiesta cuando ya estaba más que empezada. La gente ya estaba borracha, bailando sobre las mesas y bebiendo a través de tubos mientras los demás a su alrededor gritaban "traga, traga, traga". Poncho agarró fuerte mi mano, me sonrió y, después de pedirme que no me separara de él, me llevó hasta un grupo de chicos que le saludaron efusivamente.

- Os presento a Annie - sonrió y me puso delante de él - esta es mi novia - saludé asustada con la mano.
- Por fin te conocemos Annie - dijo uno de ellos sonriéndome.
- Llevamos casi desde el primer día oyendo de ti y lo maravillosa que eres - dijo otro.
- Bueno - me atreví a hablar - no será para tanto.
- Chicos no estoy todo el día hablando de ella - se defendió él.
- Pero si la gran parte, y Chris también - dijo uno haciendo que todos riesen - aunque no nos parece mal tampoco, está muy buena - se puso la mano en la boca, intentando que solo le viese Poncho pero le pude ver y oír perfectamente e hizo que me ruborizara.
- Bueno, nosotros vamos a por algo de beber - dijo Poncho riendo al verme - luego nos vemos chicos.
- Adiós - saludé yo con la mano.
- Hasta luego parejita - dijeron casi a la par como si lo tuviesen ensayado.

Poncho me llevó a lo que parecía una sala de estar, donde había un gran número de bebidas y muy variadas, me ofreció un vaso, echó hielo y me sonrió.

- Hoy hay barra libre - dijo pícaro - pero cuidado, tampoco es para que te pases... - añadió refiriéndose al día que salí con las chicas.
- Tendré control...
- Eso espero, te quiero serena para lo que tengo pensado luego - susurró en mi oído y sentí como mi piel se erizaba y me mordí el labio inferior.
- Y... Un adelanto de eso que tienes pensado no me das... Por hacerme una idea - él negó con la cabeza mordiéndose el labio y se acercó a mi para besarme, me acercó más a él e introdujo su lengua en mi boca, como buscando algo, cuando nos separamos sentí mi corazón ir más rápido que antes.
- ¿Te sirve? - dijo gracioso.
- Necesitaría más, pero prefiero esperar a tenerte solo para mi - guiñé el ojo y el rió alto.
- Vamos a divertirnos un rato aquí, querías conocer las fiestas universitarias ¿no?

A tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora