Capítulo 20

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Toque la puerta de la gran mansión, al instante un hombre de edad me abrió.
—Buenas noches señorita Raven.
—¿Eh?, ¿cómo sabe mi nombre?- dije curiosa.
—Yo sé muchas cosas- dijo sereno, su mirada era agradable, Damian ya me había contado de alguien de confianza que lo consideraba como un abuelo, ¿será él?.
—Perdone mi descortesía, mi nombre es Alfred- me abrió la puerta para que pudiera pasar, sentía su confianza y seguridad al hacerlo. —¿No cree que es muy noche para que una joven como usted este aquí?
—Si, lo sé, pero necesitó ver a Damian, ¿se encuentra?- pregunté nerviosa, el me sonrió.
—Si, esta en la sala de entrenamiento, nunca sale de ahí y la verdad ya me esta preocupando, no ha comido, cuando regresa de patrullar solo se mete a entrenar y no sale hasta que tenga que ir otra vez- me sentí mal por sus palabras y la culpa me consumía.

Mi Damian...

—Me deja llevarle algo de comer- le mencione.
—Claro- me extendió una charola. —También le puse a usted señorita. —Muchas gracias, no era necesario- le dije.

Me llevó a la puerta de la sala de entrenamiento y me dejo allí. Respire profundo, la puerta estaba con seguro, pero con mi magia fácilmente pude abrirla.
Al entrar lo primero que observe fue la silueta de Damian golpeando un costal con todas sus fuerzas, noté la sangre en el piso, su sudor bajar por su torso desnudo, no se había percatado de mi presencia por estar concentrado en golpear, podía escuchar el sonido de su boca con cada golpe y sus puños resonar. Me dolió verlo de esa manera, me acerque sigilosamente.

....

—Damian..- sus músculos se tensaron, su cuerpo reaccionó al instante con su voz.
Volteo, Raven se encontró con un rostro demacrado, sin dormir, sin descansar, sin amor.
—Raven….-susurró.
—Damian- intento acercarse pero el chico se alejo.
—¿Qué haces aquí?, pensé que no querías….
—Escuchame Damian, yo….lo siento, no me importa ya lo que paso,  quiero estar contigo….-dejo la charola en una mesa y lo miró.
—¿Porqué hasta ahora?, ¿Porqué después de lastimarme?- su fuerte voz y su mirada sería hizo que la demonesa volteara la mirada.
—Yo no quería meterte a mi vida, porque no quería arriesgarte, no quiero que por mi culpa seas….
—Yo por ti haría lo que sea- interrumpió.
—Lo sé- dijo. Se acercó a él.
—Raven te entiendo en cierta parte, y si no quieres estar conmigo no…-antes de que pudiera seguir, la demonesa puso una mano en su brazo sintiéndose la tensión eléctrica en ambas pieles.
—Yo quiero estar contigo- musitó.
—Ra....
"Te amo", sin soportar mas se lanzó hacia sus labios y los atacó con pasión, lo necesitaba, lo extrañaba, el tardó en contestar por la acción tan repentina pero al instante hizo lo mismo, la tomó por las mejillas y ella apretó sus brazos bien trabajados.
—Te extrañe- dijo entre besos mientras bajaba las manos a su cintura para tenerla más cerca. Sus labios ahora esta en su cuello, sintió su lengua rosar por toda su clavícula, sentía su respiración tan acelerada pero muy cansada.
—Da..mían…-puso sus manos en su pecho, no quería alejarlo.
—Dime- el la seguía besando desesperadamente, ella se dejaba, pero sus ojos estaban totalmente caídos.
—Tienes que comer- mencionó antes de que él chico regresará a sus labios.
—¿En serio me dices eso?
—Damian por favor- suplicó dedicándole una sonrisa, él separó su cara para abrazarla.
—Lo haré si te quedas conmigo- dijo.

" Ya tenía pensado eso " pensó la demonesa.

—Sí D. -agarró su mano y lo dirigió hacia la mesa. Damian comenzó a comer, no quería mostrarse tan desesperado, pero el primer bocado hizo que se diera cuenta que su cuerpo lo necesitaba, así que acabó con  todo en minutos, ni siquiera le había preguntado a Raven sí quería, lo que lo apenó por su torpeza.
—Descuida, comí antes de venir - le acarició el cabello.
—¿Te puedo preguntar algo?
—Dime D.
—¿Tu y Kent salí….
—Damian no lo menciones, no mencionemos a nadie, no arruinemos esto- expresó dándole un corto beso.
—Si, tienes razón.
—¡agh!- un ardor en su espalda se hizo presente, rápido la demonesa checo de dónde provenía el dolor, ahora tenía la mirada en su  espalda, se sonrojo, jamas había visto a Damian tan expuesto, estaba a unos centímetros de su cuerpo, notó heridas en todos lados, unas leves y otras abiertas del daño que se había hecho.
—Te curaré, acuestate- le pidió.
—No es necesario.
—Si es necesario, hazlo Damian- dijo autoritariamente. El no dijo nada y se acostó boca abajo en el suelo. Sintió las manos de Raven rosar su espalda, sintió de nuevo ese calor inquietante, sus manos eran tan suaves, deseaba que jamás las quitará.
—Listo.
—¿Qué?- dijo exaltado deseando que hubiera durado más.
—Si, ya estas-  Damian se sentó en el suelo para mirarla.
—Hay algo mas que me duele.
—¿Qué cosa?, dime para que pueda curarte
Damian tomo una de sus manos, y las llevó a su pecho. La demonesa sintió su pulso acelerado. Y pronto sintió su mano bajar por todo el abdómen del chico que el guiaba.
—¿Qué, qué haces?- su cara estaba hecha un jitomate. Pero se sentía algo acalorada.
—Me duele aquí también- señaló con su mano la parte de su cintura, tenía una ligera herida.
—B..bien- musitó, en segundos la herida desapareció, pero no quitó su mano de ahí, volteo a ver a Damian, sus ojos eran tan penetrantes que podía mirarlos todo el día, su mano subió hasta la mejilla del chico y lo besó. Su mente demoníaca empezó a jugar en su mente, aunque sabia que algo de sus pensamientos estaban en ello, o mas bien estaban saliendo a la luz, exigían al chico, deseando al chico,  no podía detenerlo,mucho menos ahora que no lo había visto y lo había extrañado tanto, su piel, su aroma, aunque no de una manera tan íntima, pero ahora no podía soportarlo, quería controlarse, quería no pensar en eso, pero demonios, quería más,  sabía muy en fondo que lo deseaba. Que la hiciera suya
Sí, estaba segura.

—Quiero que me ayudes en algo Damian- mencionó.
—Lo que quieras- dijo entre besos.

—Quitame la ropa.
……

ERES MÍA. (DAMIRAE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora