Había escuchado los latidos de su corazón toda la noche, había sido fantástico, todo había ocurrido como imaginaba. Estaba feliz porque Alex sentía lo mismo ahora, le correspondía de la manera en la que él quería. Se había acostado con la persona que le robó el corazón e hizo de él lo que quiso, lo rompió, lo reparó y lo llenó de amor, su mejor amigo de toda la vida, su mayor confidente. No tenía idea que sería de ellos, ni de Alexa, pero lo que menos quiso esa noche fue pensar en eso, necesitaba disfrutar de él cuanto pudiera, no estaba muy seguro de cuánto tiempo más podrían estar juntos. Pasó toda la noche mirándolo y jugando con su ondulado cabello, le parecía aún más atractivo con el cabello largo, pero de todas las maneras Alex era perfecto. No había podido dormir, estaba muy lejos de la Tierra y no podía hacer nada más que recordar cada una de sus caricias y besos. Lo veía dormir y su corazón parecía querer explotar, cerró sus ojos y sonrió por última vez antes de caer completamente dormido.
El celular había interrumpido su sueño, gruñó y se levantó para atender.
— ¿Sí?
—Oh, Alex, me preguntaba si podía pasar por tu casa ahora, creo que olvidé un suéter el otro día.
—Cariño, ¿debe ser ahora? —le respondió, volteando para ver a su mejor amigo durmiendo en calzoncillos en el sofá.
—Pensé que podríamos ir a desayunar juntos... Olvídalo, será la próxima.
—No, no, Alexa, ven... Es sólo que... —rascó su nuca y comenzó a buscar alguna mentira en su cabeza —Ayer Miles vino a verme, estaba realmente muy, muy colocado, y ahora está durmiendo en el sofá y conociéndolo, no le gustaría que lo vieras así.
—Oh —soltó, un poco más aliviada —, no hay problema, ¿qué tal en la tarde?
—Sería genial.
—Bien, te amo, Al.
—Yo también. —dijo no muy convencido y luego colgó.
Sostuvo su cabeza entre sus manos y se golpeó en la frente con su mano tres veces. ¿Que había hecho? ¿Cómo había sido tan idiota? Había arruinado todo otra vez con sus estúpidas ganas de probar si realmente sentía algo por Miles Kane, ahora todo sería aún peor que antes, todo sería más incómodo. Sólo podía pensar en eso, y en como afectaría las cosas. Claramente, algo le pasaba con él, pero era incapaz de saberlo o querer averiguarlo porque lo que sentía por él era mucho más grande que lo que sentía con Alexa o con cualquier otra. Miles lo hacía sentir increíblemente bien, y le aterraba que fuera así. Por otro lado, había sido una de las mejores noches de su vida, y en el momento no pudo pensar en otra cosa que no sea él. Lo quería, lo deseaba, quería que siempre fuera suyo, pero no iba a ser nunca así, ellos eran hombres, Alex tenía a Alexa y todo sería muchísimo más correcto con ella. Tenía la idea de que con Miles hacía las cosas mal, que lo que hacían no estaba bien, que no podrían estar juntos, y si lo estuvieran, realmente no creía que pudieran durar mucho juntos.
—Miles —susurró, moviendo su hombro—. Alexa vendrá más tarde.
— ¿Um? ¿Y? —dijo abriendo sus ojos y mirando hacía el reloj de la pared —Oh, Al, son las diez de la mañana, déjame dormir.
—No, levanta el culo.
Bufó y finalmente se levantó. —Buenos días. —saludó con una sonrisa y le plantó un beso en los labios.
Alex se había quedado quieto, completamente atontado y enojado a la vez. No podría mentirle a Alexa en la cara si Miles estaba ahí, debía irse pronto. Mientras Miles estaba en el baño él se ocupó de ordenar la sala, donde yacían prendas, cojines y algunas colillas de cigarrillos.
—Alex, ¿dónde está mi pantalón? —gritó mientras salía del baño con su cabello ordenado y vistiendo nada más que su camisa y sus calzoncillos.
—Acabo de recoger todo lo que estaba en el suelo y no estaban ahí.
—Oh —soltó—. ¿Me prestas unos?
Alexa llegó justo una hora después de que Miles se hubiera ido, él se despidió con un beso en la mejilla, lo que lo hizo sentir bastante más tranquilo que el saludo de la mañana. Alexa lo saludó con un abrazo, él realmente no quería besarla después de todo lo que había pasado la noche anterior con su mejor amigo. Alexa estaba sentada en el sofá sonriéndole de esa manera que le daba ganas de besarla en todo momento, pero ese día no quería hacerlo. Estaba preocupado, le preoupaba que ella llegara a enterarse.
— ¿Qué tal está Miles? —preguntó Alexa, llena de curiosidad por saber del regreso del mejor amigo de su novio.
—Él está bien, ayer no lo estaba pero ya mejorará.
— ¿Mal de amores?
—Podría decirse que sí. —respondió e inconscientemente sonrió.
—Es lindo tenerlo de nuevo aquí, ¿verdad? —Alex asintió —Deberíamos salir con él y conseguirle alguna chica.
—Quizás sí, pero ya sabes como es Miles... Se enamora de lo primero que le pongas en frente.
—Yo creo que es adorable, parece un niño de quince años.
—Es sólo lo que aparenta.
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00:35 a.m › milex
FanfictionLo vuelve loco con cada sonrisa que le regala, cada vez que se ríe sentiente millones de mariposas en su estómago y como su corazón bombea fuerte. Sin embargo, no cree que todo eso sea bueno. Alex es como su hermano, su mejor amigo de toda la vida...