Jugando a las cartas -[Zora Ideale] [BLACK CLOVER]

Capítulo 18

Luck Voltia

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Luck amaba las peleas.

Desde que era un niño. De eso estaba completamente seguro. No tenía a nadie con el que comparar su fuerza y velocidad. El único que estaba cerca de conseguirlo sería el capitán Yami, pero él daba mucho juego incluso fuera de combate. Por desgracia, siempre se negaba a enfrentarse a él por mucho que le insistiera. Era un muermo.

Su Orden también se negaba a enfrentarse a Luck. Y eso hacía que algo se revolviera en él, como si quisiera despertar y salir a la superficie. Llevaba tres años en la Orden de los Toros Negros, la más aburrida y llena de debiluchos, y ninguno de sus supuestos compañeros había aceptado sus propuestas de lucha. De medir su fuerza. Eso era lo que su madre le había enseñado; lo único, quizás.

Luck nació en una aldea llamada Ibon dentro del Reino del Trébol, su hogar, en una zona plebeya. La única persona de su familia que llegó a conocer fue a su madre, que lo cuidó hasta su muerte debido a una gran cantidad de estrés. La relación con su madre nunca fue buena. Por cada cosa que él hacía sin rechistar recibía una paliza, cada hora, cada día de la semana. Tal vez el hecho de sonreír a cada cosa fuera un factor a contar del odio de su madre hacia él. Pero ese odio no duró toda la vida; los últimos meses fueron los mejores, en su opinión. El día en el que venció a un amigo y compañero de la infancia de familia noble en un torneo de su escuela, hasta estar al punto de matarlo, fue recibido en su casa por primera vez como el orgullo de su familia. Luck nunca olvidaría el abrazo, el primer abrazo, que su madre le dio. Su olor, el clavo y el pan recién cocinado acompañado de la mugre y el sudor.

Su madre murió meses después por el estrés. Luck recibió su grimorio años más tarde, a los quince años. Por aquella época era respetado en su aldea, hasta tales puntos de que nadie quería enfrentarse a él por miedo a morir. Luck siempre los odió. Los veía como gente demasiado aburrida en sus vidas. El día que fue a hacer el Examen a Caballero Mágico no fue elegido por ningún capitán más que por Yami. Por lo que escuchó después era por miedo a tenerlo en su Orden. Ellos no comprendían lo que significaba luchar a muerte, por muy capitanes de Orden que fueran. El concepto de muerte por medir la fuerza no entraba en sus cabezas. Ni en la de ellos ni en la de los nobles y plebeyos con los que se ha cruzado. Aquel enfrentamiento le valió en apodo de la «Manía Sonriente». O algo así. Luck no estaba escuchando con atención el día que se lo contaron.

A partir de ese momento, Luck no fue bien visto por ningún Caballero Mágico. Ni por los de su generación por las venideras. Las únicas personas que parecían comprender esas tendencias sociopáticas (era como Noelle lo había descrito) eran sus compañeros de Orden. En el primer momento no los prestó la suficiente atención porque eran gente demasiado aburrida, que preferían estar tirados en el suelo que enfrentarse a la realidad. Pero, ¿qué era la realidad para Luck? ¿Y para los demás? Definitivamente un mundo sin lucha. ¿Finral? Demasiado pacífico. ¿Vanessa? Siempre estaba borracha. ¿Charmy? Prefería comer a luchar. ¿Grey? Era raro. Ahora que era mujer le costaba asimilarlo. ¿Gauche? La única manera que tenía de enfadarlo era rompiendo una de las figuras de su hermana. Y eso suponía demasiado trabajo. ¿El capitán? Lo mandaba literalmente a la mierda cuando abría la boca. ¿Akatell? Siempre estaba fuera de la Base y nunca la encontraba. ¿Magna? Ese sí que era fácil de enfadar. Era la víctima perfecta para mangonear.

Hasta que Noelle y Asta, especialmente él, llegaron a la Orden y el Rey Mago empezó a mandarles a misiones entretenidas. Como las de la mazmorra. Esa sí que fue divertida; aunque quedar como un debilucho nunca estuvo entre sus opciones. Ni el colaborar con Magna en el Templo Submarino, unir sus fuerzas y ser derrotados por una bestia que maldijo los brazos de Asta durante el combate sincronizado con la magia de Vanessa y Finral.