Almas Ajenas

La Muerte Dice: Presente

-Bueno bueno, ¡Josué! Acompáñane a ver algo aquí mismo. ¡Rápido!.

-¡Ok ya voy!. Le respondió Josué a Kaytie.

Y esta última, antes de partir en lo suyo, le encomienda a los demás esto:

-María y Julieta, vayan a hacer presión en la puerta, con tal de lo que sea que la haya tocado ¡No entre!. Aprovechen que el fuego no ha llegado a esos lares.

-Ok Kaytie.

Las muchachas fueron y se arrecostaron fuertemente en la puerta, para así impedir que en dado caso, evitar que lo que sea que la ande tocando, no entre.

Pero esta cosa desconocida era muy fuerte. ¡Las muchachas al parecer no lo lograrían!.

-Déjenme aydarlas... Ustedes solas no podrán.

Comentaba Darwin, queriendo ayudar a Julieta y a María.

-Ok... Ok... ¡Ven pues!.

Así le respondía Julieta, al deseo espontáneo de Darwin en querer ayudarlas.

Aún así, era muy fuerte la fuerza que se le aplicaba a la puerta del lado de afuera de la cabaña...

Quién sea el que esté detrás de todo esto... Tiene un muy malévolo plan.
Se presiente muy claramente eso.

El fuego cada vez aumentaba más su nivel e intensidad, y propagándose por la cabaña.

Pero todavía sin llegar a afectar a ninguno de los chicos.

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Kaytie se dirigió a donde se encontraba anteriormente la estantería de libros. Sí, la que fue derrumbada.

-¡¿Que haremos aquí Kaytie?!.

-Josué, tenemos que conseguir una de las habitaciones en las que se hallaban los cadáveres de los niños... ¡Y creo que pasando esta pared hay algo más!.
(Tiene que haber algo más ¡Mi instinto no me ha fallado nunca).

-¡Si es cierto! Al fín y al cabo... ¿Es nuestra única salida... no?

-Me temo que sí... ¡Destruyamos la pared entonces!.

Con una temperatura superior a loa 40° Centígrados y la presión recayendo en los jóvenes, acompañado de los golpes que recibía la puerta de entrada de la localía.
Kaytie agarró uno de los jarrones que estaba a su lado y se lo aventó fuertemente a la pared que tenían como objetivo.

Teniendo como consecuencia la destrucción obvia de este jarrón, y unas grietas marcadas en la pared.

-(¡Sí! ¡Hay que seguir!). Pensaba Kaytie que formaba también una sonrisa en su rostro.

Y motivada aún más, apura a Josué a que la ayude a derrumbar la pared.

Y en eso estaban...

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Minutos después, al ver que ya no había más con qué seguir rompiendo la pared, Josué decide recurrir a los golpes.

-Esto me dolerá... (¡Pero aquí voy carajo!).
*Empieza A Golpear La Pared* .

Era una idea adecuada a la ocasión, pues aprovechaba lo ya débil que estaba la estructura y él sabía bien que sería difícil, ¡Pero Josué no se echó para atrás!

¡Sabía que era su única salida de esta situación!.

-(Necesitamos tiempo... ¡Espera! ¡¿Tengo la carta?!... ¡¡Fuck, sí la tengo!!).