Capítulo 13

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MAR:
Salí disparada en cuanto vi el mensaje de mi padre diciéndome que mamá estaba mal. Deje a mateo solo, ahora me siento mal, pero no puedo dejar que a mí madre le ocurra algo, nunca me lo perdonaría.

Fui a mí casa coji mi documentación, las llaves, algo de dinero y me fui para el hospital. La llevaron a urgencias, le habían disparado.

Llegué a recepción a toda velocidad y le pregunté a la mujer que se encontraba tras el mostrador por mi madre, Natalia Blanco.

Me explico que estaba herida y le iban a operar de inmediato así que me tocaba esperar. Durante esas 10 horas que estuve esperando no podía parar de lagrimear pensando en el HP que habría sido capaz de dispararle, tenía preocupación y furia.

Noo había comido nada en todo el día tenía hambre. Me dirigí hacia una de las máquinas expendedoras y compré un sándwich y una botella de agua.

Mientras comía decidí mirar un rato el móvil para intentar olvidar la preocupación, y vi un mensaje de mateo por DM
¿Cómo sabía mi Instagram?

@trueno

Mar, estás bien?
Has salido corriendo
Y me he preocupado
Necesitas algo?
Joder q sepas q no
Pasa nada, ns si es por
Mi o si es otra cosa
Lo que necesites te
Intentaré ayudar.💕

Hola mateo, si estoy
Bien tranquilo, estoy en el
Hospital, es mi madre

Joder... Que le pasa?

Por lo visto algún gracioso
En la cárcel le ha disparado

¿¡Como?!
Y como está?

Lleva todo el día ahí metida
No tengo ni idea

Y tu? Cómo estás?

Un poco preocupada

Voy para allá.

No mateo tranquilo no
Hace falta

Visto

Mateo es un amor, es lo mejor que tuve y tengo. No sé si ese visto significa que le daba igual y que iba a venir igualmente o que no iba a venir.

A los 15 min Mateo apareció por la puerta de la sala de espera. Necesitaba abrazarme a él, y sin pedírselo él me abrió los brazos y me hundió en su pecho. En ese momento me derrumbe y comencé a llorar.

- Tranquila, tranquila - Me susurraba mientras me frotaba la espalda con delicadeza.- Todo va a salir bien.
- ¿porque le tiene que pasar todo a ella?- dije entre lágrimas.

Él solo me abrazaba más fuerte y trataba de tranquilizarme.
Con el paso del tiempo fui respirando hondo y deje de llorar.

Poco después entró una enfermera avisando que Natalia Blanco había salido de la anestesia y estaba lista para recibir visitas de uno en uno y pasando un control policial.

Mateo y yo subimos a la 5 planta, donde estaba mi madre, era la habitación 519. En la puerta había un policía y una enfermera, cuando nos vieron acercarnos nos preguntaron quien éramos, yo les enseñe mi documentación, me cachearon y entré a la habitación, las piernas me temblaban y tenía las lágrimas a punto de caer por mis mejillas.

Allí estaba, después de 10 largos años, seguía igual de guapa y sonriente a pesar de todo.

Las lágrimas no aguantaron más y rompí a llorar.


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