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No tardamos mucho en llegar. Me pude detener a mirar su barrio con más detenimiento mientras él bajaba mi maleta y la metía dentro del portal, porque se empeñó. Era un barrio muy ingles, pero muy bonito.

Saludamos al portero del edificio, al que Rodri saludó con mucha confianza.

Nos montamos en el ascensor y me contó sobre él.

- Se llama Drew, la verdad es que es muy majo- dice simple mientras se mira en el espejo para moverse un poco el pelo - si no entiendes mucho lo que decía, es que es escocés- nos reímos.

- Sí, parecía muy majo, y con un acento extraño-comento risueña.

Las puertas se abren y salimos. Él va primero y coge las llaves para abrir la puerta de su piso, el sexto b.

- Adelante, espero que sea de su agrado- me invita a pasar haciendo el tonto.

Me adentro a su casa y me para en la entrada durante un segundo a observar todo mejor.

Era un apartamento muy amplio, muy buen amueblado, combinando la modernidad y demás muebles más normales.

- Es muy bonito- le digo sincera- ¿lo has decorado tú?

- Más o menos- se ríe- en verdad no mucho. Muchos ya venían cuando alquilé la casa, y otros mi madre me asesoró, más bien me obligó: mira Rodri esto quedaría genial en el salón, esto para la cocina...- responde cambiando de la voz imitándola.

- Que tonto, no te rías de tu madre- le pego de broma en el hombro- si con aguantarte a ti y a todos tus hermanos tiene mucho mérito, por solo eso, que es bastante, ya tiene que ser una buena mujer- me río.

- Sí, la verdad es que sí. Ojalá la conozcas algún día, le caerías bien.

- Algún día...


La verdad es que en ningún momento pondría pegas para conocer al resto de su familia. Sus hermanos me trataban genial cuando los veía en el Metropolitano la temporada pasada, y supongo que sus padres también serían buenas personas.

Me guía por el resto del apartamento. El salón era bastante amplio, con unos grandes ventanales que daban a un apartamento enorme con suelo de madera.

Me invitó a pasar y me fue señalando edificios y me decían cuales eran.

La Cocina era de tonos claros, también muy bonita.
Llegamos a la parte de los dormitorios, y me enseña el suyo, era muy de su estilo; una cama bastante grande, junto con dos mesillas de noche a los lados. Las paredes eran un tono gris claro, y había un sillón individual al fondo de la habitación.
El cuarto tenía su propio baño y vestidor, bastante normal. Y poco más.

Me enseñó el cuarto donde dormiría, el de invitados. Era algo más pequeño, y también un baño pequeño propio, así mejor.
Me contó que aquí solía dormir su hermano pequeño cuando venía a visitarle, y su otro hermano tenía su propia habitación al otro lado del pasillo, ya que él venía mucho más a menudo.

-¿Bueno quieres que te vaya enseñando más cosas de Manchester?- me pregunta recostándose en el marco de la puerta y yo sentándome en la que sería mi cama por dos noches.
-¿Y a donde me quieres llevar primero?- alzo mi cabeza para mirarle.
- ¿A dónde quieres que te lleve?- contraataca sonriéndome de forma pícara.

Salimos de su casa y comenzamos a caminar por el centro. Me señala edificios y me cuenta sobre lo que sabe.
También nos ponemos un poco al día sobre nuestras vidas, o hablar de cualquier tontería.

- Estoy muerta en serio- me siento corriendo en su sofá en cuanto llegamos.

- Que débil eres- se ríe de mí y se sienta a mi lado cogiendo un Segundo mi cabeza para levantarla y ponerla sobre su regazo.

M A N C H E S T E RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora