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Me revuelvo incomodo en mi sitio, estaba sentada en un asiento de avión.

Eran cerca de las nueve de la mañana y el vuelo lo habíamos cogido cerca de las siete, pero yo ya quería llegar.

¿El destino? Manchester.

A última hora un compañero le surgió un imprevisto y no pudo acudir, así que me avisaron hace dos días de que yo le supliría.

Y estaba muy agradecida, a pesar de que sólo fuese un viaje de día.

Visitaríamos la ciudad deportiva, donde nos la enseñarían al completo y hablarían de ella.
Teníamos que hacer un reportaje del club, y realizar pequeñas entrevistas con algunos miembros del club.

Cuando por fin llegamos al aeropuerto, recogemos las maletas y nos dirigimos al hotel. Ahí guardaríamos todo, pero no nos quedaríamos a dormir.
Nos arreglamos, y yo en mi caso me maquillo sutilmente, tenía unas ojeras increíbles.

Cuando ya estuvimos listos, nos viene a recoger una furgoneta del propio club, que nos lleva hacia la cuidad deportiva.

Apenas eran las diez y algo de la mañana, y los jugadores se encontraban en pleno entrenamiento.
Grabamos bastantes tomas de los jugadores: algunos rondos, tiros a portería, carrera continua... Cuando ya tuvimos suficiente, nos llevaron por el resto de las instalaciones.

Todos estaban siendo muy agradables con nosotros.
Finalmente acabamos un poco más tarde de lo que me hubiese gustado. Como yo era una simple "becaria", por así decirlo, mi trabajo había acabado, así que me volvi al hotel yo sola, estaba muy agotada. Mientras que el resto de quedó con los dirigentes del equipo inglés.

Intento guiarme lo mejor que puedo por Google Maps, y por las calles que recuerdo haber pasado previamente en la furgoneta.

Afortunadamente no tardo mucho en llegar. Estaba relativamente cerca.
Subo hasta la planta correspondiente, y me dirijo a mi habitación. Nada más entrar me tiro a la cama, estaría un rato descansando.

Me empezaba a sentir un poco mal, siempre que hablaba con Rodri hablábamos de lo mucho que le apetecía que fuese a Manchester a verle. Y hoy justo estaba aquí y no le había dicho nada.
Nos veríamos muy poco tiempo, porque volvíamos a España, eso lo chafaba un poco.

Yo creo que la razón por la que me apoyaba en no haberle dicho que venía es porque me daba algo de vergüenza. Si, vergüenza.

Podréis pensar que estaba loca o algo así.

¿Y si nada más verle "los sentimientos" renacen? Bueno, más bien las confusiones por mi parte como la última vez. Aunque no.

Sería la primera vez que nos veríamos desde la despedida, aquella despedida.

Hacia mucho que no nos veíamos, y eso me hacía sentirme pequeña, ¿como actuaríamos?

Él había rehecho su vida, había dejado a la fuerza su pasado. Estaba con alguien. ¿Qué más?

Tras recapacitarlo y darle vueltas a la cabeza, decido llamarle.

Un tono, dos tonos...

- Hola Ali- descuelga el teléfono animadamente.
- Hola, ¿te pillo en mal momento?- pregunto cohibida.
- Que va, hoy tenemos descanso, no estoy haciendo nada importante, ¿necesitas algo?
- Es que he venido a Manchester y...
-¿¡Que venias a Manchester y no le has dicho nada?!- me interrumpe contento.
- Ha sido un viaje "exprés", he llegado tempranísimo y vuelvo a España esta noche. Por trabajo.
- ¿ Y qué estás haciendo ahora?
- Pues están todos los dirigentes, o sea, mis compañeros, con otros trabajadores del United, porque hemos venido para un proyecto de ese club, y pues como yo ya no tenía nada que hacer estoy en el hotel.
-¿En que hotel estas?- me interrumpe.
- En el Hilton.
- ¿Ese está en el centro verdad? Sé dónde está, paso a buscarte y nos vemos aunque sólo sea un rato.

Y cuelga la llamada, sin siquiera dejarme responderle

M A N C H E S T E RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora