M A N C H E S T E R

12

- ¡Buenos días!- saluda animadamente.

-¿Me he despertado demasiado tarde?- digo muy a mi pesar frotándome los ojos aún muy cansada.
Nada más despertarme me tomé una ducha y me arreglé.

- Que va, justo a tiempo para que desayunes y yo me cambie y me duche.- pasa por mi lado y me revuelve el pelo, y sabe perfectamente que odio que lo haga.
Él, al contrario que yo, no estaba vestido. Iba con unos pantalones grises de chándal, junto con una camiseta un poco ajustada negra de manga corta.
Me sirvo café que él ya había dejado preparado mientras miro un rato el móvil.

Llega silbando, muy normal en él, y dando vueltas a las llaves que tenía en la mano.
-¿A dónde me vas a llevar hoy?- le pregunto mientras recojo un poco.
- Hoy por la mañana te voy a enseñar el Etihad.

La verdad que ese destino me apetece mucho, nunca había ido a ese estadio y tenía ganas de ir. Por las fotos que había visto, era un estadio enorme.

- Que guay- contesto emocionada.

- Are you ready?- No os lo había mencionado, pero ahora me soltaba palabras en inglés, así de la nada. A mi me parecía hasta incluso gracioso.

- Voy a por el bolso, un Segundo.

Él conduce hasta el estadio y cuando llegamos nos bajamos.
Gracias a que él juega allí nos dejan entrar.
Pude reconocer como el guardia de seguridad le dijo a Rodri: claro que podéis pasar, y más con lo guapa que es tu novia Rodrigo" a lo que él solo se rió en forma de colegueo.
Que gracioso vaya.

Cuando entramos en los vestuarios consigo divisar el suyo y voy corriendo a sentarme.

-¡Que cómodo es tu asiento Rodri!- le llamo risueña. El vestuario es espectacular.

- Está muy guay si- viene a sentarse en el lugar de al lado.

-¿Te gusta jugar aquí?- cambio completamente de tema.

- Mucho- responde animado. Y puedo notar que es sincero por el brillo en sus ojos- ¿y a ti te gusta verme jugar aquí Ali?

- Sí tú te ves feliz, yo también lo estoy- le respondo sincera mientras apoyaba mi cabeza en su hombro.
Desde ayer habíamos cogido mucha más confianza, incluso yo diría que más que la que teníamos cuando estaba en Madrid.

Y qué digamos del beso de ayer... Bueno, cuando antes de irse de la habitación dejó un casto beso en mi sien.
Fue como ¿raro?... Sí, definitivamente lo fue.

Sentí unas chispas dentro... Pero sobre todo ilusión. Y todo por un simple beso de "buenas noches".
Fue muy extraño, es verdad que él solía ser muy cariñoso y buena persona conmigo, pero eso no me lo esperaba.

Haberse venido a Manchester le había cambiado, pero a bien.
Se le notaba mucho más centrado, espabilado y centrado en sus cosas. Pero por lo demás seguía siendo el mismo. Así de espontáneo, de buenazo y de divertido.

-¿De verdad que te gusta verme jugar aquí?- pregunta inocente con cara de niño chico, algo que me resulta muy tierno.

- ¡Claro que me gusta verte aquí!- le respondo animada para subirle los ánimos- en cualquier equipo que te fueses me seguiría haciendo feliz verte jugar- le contesto franca.