Empezaron a preparar la cena, ternera con patatas, yo insistía en ayudar pero los chicos siempre me lo impedían. AL final se quedaron Stella y Niall con la cena y Harry se vino conmigo. Me preguntó si quería hacer algo hasta que la cena estuviese hecha, yo opté por ver alguna película. Pero me apetecía ver una en especial, La Bella y La Bestia, era mi película favorita desde siempre; pero esa no la tenía Harry. Le dije que yo la tenía, pero en casa, así que avisamos a los chicos que nos íbamos y fuimos a mi casa a por la película. Yo no quería encontrarme con mi madre, y menos en este estado, Harry decidió que el subiría por mi ventana y la tomaría. Yo le dije que tomase toda la caja, así podríamos tener más pelis en su casa.
Llegamos a su casa y la cena ya estaba hecha y servida, al menos estos dos nos habían esperado para cenar.
-¿La conseguiste?- me preguntó Stella. Yo asentí porque ya me había metido un trozo de carne en la boca-guay, así podremos verla en cuanto cenemos.
-¿Podremos? Pensé que querrías ver esta- dije sacando Peter Pan. Stella soltó un gritito
-¡La has traído!- dijo sonriente
-Parecéis dos crías chicas- dijo el rubio
-Habló aquí- dijimos las dos a coro. Harry no pudo evitar soltar una sonora carcajada
-Duende, te la han devuelto doblada- dijo entre risas
El resto de la cena surgió con normalidad, bueno toda la normalidad que era posible. Cuando acabamos recogimos la mesa entre todos, yo llevaba siempre más cosas porque las podía poner en la silla ¿ahora si me dejaban ayudar no? Cuando acabamos pusimos Peter Pan en la televisión y empezamos a verla. Un niño que no quería crecer, me recordaba demasiado a Louis
-Esta peli tenéis que ponérsela al Tommo- dije antes de darme cuenta de que lo había pensado
Se oyó una carcajada de mis tres compañeros de sala increíble, creo que si Louis hubiese estado aquí me hubiese pegado.
Pusimos la peli de La Bella y La Bestia, creo que me sigo emocionando tanto como cuando era pequeña, yo con películas de Disney nunca he llorado ni con esta tampoco; pero me emocionaba muchísimo cada vez que la veía. Cuando llegó el momento en el que la bella y la bestia empiezan a bailar, Stella y Niall empezaron a bailar; mientras que yo, inconscientemente, cantaba la canción. Sentía los ojos de Harry puestos en mí y poco después también los del rubio. Yo no sabía por qué me miraban tanto, no estaba haciendo nada; pero entonces me di cuenta de que me había pasado toda la canción cantando. Dios, que vergüenza, nunca había cantado en público; y menos delante de ninguna persona que supiese cantar.
-Cantas bien- me dijo el rubio
-De eso nada. No canto, depilo gatos.
-En serio, cantas bien- esta vez quien habló fue Stella.
Harry no dijo nada, solo me miraba. Empezaba a sentirme algo incomoda por su mirada.
-¿Dónde has aprendido?- me preguntó
-Harry, os lo he dicho. No se cantar, solo depilo gatos
-Nada de eso, eres buena.
-No, no soy buena, y no quiero hablar más de este tema.
Nos fuimos a nuestro cuarto y no le dirigí ni media palabra, él intentó hablar conmigo, pero yo me negué.
-¡Hey! ¿Qué te pasó?
-no sé. Mis cambios de humor
-¿Cosas de Chicas?-preguntó, yo le miré extrañada- mi hermana lo llamaba así
Sonreí levemente.
-te das cuenta que así estas mil veces más guapa, nunca dejes de sonreír
Me abracé a él, siempre me hacía sentir bien, incluso cuando me enfadaba con él estaba allí para mí
"Se oye una canción/ Que hace suspirar/ Y habla al corazón/ De una sensación/ Grande como el mar/ Algo entre los dos/ Cambia sin querer/ Nace una ilusión/ Tiemblan de emoción /Bella y bestia son" empezó a cantar Harry
Me miró para que continuase cantando, al principio dudé per, si él confiaba en mi ¿por qué no podría confiar en mí misma
"Hoy igual que ayer/ Pero nunca igual/ Siempre al arriesgar/ Puedes acercar tu elección final" Le seguí yo. Su sonrisa se hizo claramente visible
"Debes aprender/ Dice la canción/ Que antes de juzgar/ Tienes que llegar/ Hasta el corazón / cierto como el sol/ Que nos da calor/ No hay mayor verdad/ La belleza esta/ En el corazón/ Nace una ilusión/ Tiemblan de emoción/ Bella y bestia son" acabamos los dos, mi sonrisa se alzó con la suya.
-nunca me dejes, por favor- le susurré
-eso nunca va a pasar pequeña. Te quiero
-yo también -dije, se acercó a mí y me beso
¿Por qué siempre me hacía sentir igual cada vez que me besa? Esa extraña sensación en el pecho, como si fuese la primera vez.
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Esos ojos verdes
RomanceComo la confianza puede arreglar un corazon herido y la mentira romperlo