Líos de cabeza

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Harry clavaba sus dedos en mi muslo a la vez que tiraba de él hacia arriba, acabe enrollando mis piernas en su cintura. Aplastada entre su cuerpo y la pared, Harry separó sus labios y se quedó observandome. Mis manos viajaron a su cabello, jugueteando con un rizo.

-No hay nada entre él y yo. ¿confías en mí?

Acercó sus labios a los mios en respuesta. Eran dulces y suaves, como la primera vez.

-siempre- dijo con los labios aun en los mios

Nos separamos por falta de aire y me depositó en el suelo. Mis ojos se encontraron con los suyos, cada vez que los veía me gustaban más. Acaricié un suave rizo que le caía por el hombro, pero sin apartar mi mirada de la suya. Hace unos minutos estaba cabreado y ahora era un amor, a veces sus cambios de humor me adustaba: podía ser un niño divertido y alocado para, solo minutos después, comportarse como un loco por protegerme, por mantenerme a su lado. Le quería demasiado a este loco. Harry notó que me había ido a pensar, pasó su mano, a penas rozandome, que mandó una gran descarga de energía por todo mi cuerpo haciendome estremecer

-Aún tiemblas al sentir mi tacto- dijo sonriedo, lo que hizo que me sonrojora notablemente. Su mano pasó de mis mejillas a mis labios, su pulgar se deslizó por mi labio inferior. Mi mirada seguía en sus ojos.

-¿vamos al ático?- pregunté. Harry asintió cin la cabeza y, cogiendome de la mano

La sensación del ático era como la de una tarde de domingo de un frío invierno, en casa se estaba cálido, pero no negarías una mantita, ni un chocolate calentito.

Nos sentamos tranquilamente en nuestros sillones. El sueño se iba haciendo cada vez mas presente, cada vez los ojos me pesaban más.

-¿quieres dormir?- preguntó. Yo negué con la cabeza; no quería dormir, quería quedarme con él, despierta.- tienes sueño, deberias dormir.

-Quiero dormir contigo- le susurre

-voy por mi cama y dormimos aquí los dos- dijo mientras se levantaba y dejaba un casto beso en mis labios. En cuanto salio de la habitación, esta comenzó a sentirse fría y los recuerdos de cuando raptaron a Harry se agolpaban en mi cabeza. Oí un ruido abajo y enseguida comencé a bajar las escaleras cuando me encontré a Harry subiendo con el colchón y un marco de foto hecho añicos en el suelo. Harry me miró preocupado, aunque no creo que su mirada se aproximase siquiera a la mia. Terminó de subir la cama y me tumbó en ella abrazandome protector mientras me acariciaba la espalda.

-No volverá a pasar. No dejaré que se repita.- dijo tras un rato de silencio

-No quiero que vuelva a suceder. Me asusté mucho, y de verdad pensé que iba en serio lo que dijiste- dije sin mirarle

-Lo siento. No queria que sintieses que lo decía en serio, solo quería convencerle a él, no a ti.

-Está todo bien.

-Deberías dormir, pequeña

-Tú también- dije tras un bostezo

-Cierra los ojos y duerme.

Le obedecí pero no pude descansar, pensamientos invadían mi cabeza: mi casa, mis padres, Stella, su hijo, Louis, Harry, Niall, la universidad...

Me desperté varias veces, pero no molesté a Harry. Las veces que me desperté su brazo descansaba en mi cintura, y su respiración era lenta y profunda, su rostro era el puro reflejo de la calma y la felicidad pero con algo de preocupación; seguía preocupado y el no saber la razón me preocupaba a mí, bueno más de lo que estaba. Todo en mi vida estaba cambiando y sentía que cualquier elección que hiciese estaría mal, cualquier cosa que pensase tendría consecuencias, y esas consecuencias eran errores.

La última vez que me desperté eran las 6 y media, me levanté con cuidado de no despertarle y bajé a su habitación, allí tenía mi bata y en esos momentos quería mi bata, mi manta y, o un abrazo, o estar sola; aunque en cualquiera de los casos estaría pensando.

Tomé mis papeles de la mochila y unos bolis, empecé a plasmar todos los pensamientos en papel y los fui ordenando en esquemas, pero al final acabó pareciendo el lío de mi cabeza.

Las 8. Nadie se había levantado. Me dirigí a la cocina y empecé a preparar el desayuno. 3 días. En 3 días estaríamos de vuelta en clases, y en un mes los chicos se irían a Australia... Otra vez pensando. Estúpidos pensamientos ¿queréis salir de mi cabeza un minuto? Necesitaba unas vacaciones de pensar y de ponerme nerviosa y de estresarme, necesitaba que llegara el verano.

Continué haciendo el desayuno, consistió en tortitas con crema de chocolate y zumo de naranja. Cuando estaba acabando de hacer las últimas tortitas, unos brazos rodearon mi cintura y unos cálidos labios se presionaban en mi cuello mientras decían "¿por qué saliste de la cama?" La voz profunda de Harry inundó mi cabeza dandome unos segundos de felicidad, pero demasiado pronto los pensamientos volvieron a mi cabeza, y se reflejó en mi rostro.

-Claire, ¿qué pasa?

-Nada, solo pensaba.

-Deberías despejar la cabeza un rato. No duermes bien por eso.- Dijo con los labios puestos en mi cuello otra vez.

-Harry, ¿puedo preguntarte algo?

-Lo que sea, Pequeña.

-¿Qué va a pasar cuando os vayais en un mes?

Harry se quedó en silencio. Tampoco tenía respuesta. Hizo intento de hablar en varias ocasiones pero en todas acabó cerrando la boca, tan rápido como la había abierto.

-Lo imaginaba. Tampoco lo sabes.- Dije con un tono de decepción en la voz.

-Buenos días- dijo alegre el rubio del grupo

-Buenos días, Niall.- Dije saliendo por la puerta

-¿He hecho algo?- pude llegar a oir.

Necesitaba respuestas, necesitaba respuestas que no tenía para preguntas que desconocía. ¿Por qué solo me apetecía llorar? Era Stella la que estaba embarazada, no yo. Entré rápidamente en el baño y encendí el agua de la ducha.

-Claire, soy Harry- para no saberlo- sé que estás ahí, déjame pasar, por favor.

-Me voy a duchar- La voz me salió algo llorosa- Quiero estar sola, al menos mientras me ducho

-Claire, sé que estás mal. Déjame pasar.-Intentó abrir la puerta, pero me apoyé en ella, impidiéndole el paso. Me sujeté con fuerza la toalla sobre el pecho y me tiré a la puerta. -Claire, por favor.

No se cuantas veces me pidió pasar, hay que ver lo pesado que puede ser a veces, pero me gustaba que fuese asi; demostraba que le importaba, al final le dejé entrar y me encontró en el suelo sentada con, únicamente la toalla.

-Harry, por favor, déjame ducharme sola. Necesito pensar.

-Necesitas dejar de pensar.

-Por favor.

-Esta bien, te espero en el observatorio.

Tomé la ducha con tiempo y sin preocuparme de nada. Cada cierto tiempo alguien picaba la puerta para preguntarme si seguía viva. Al cabo de una hora y media en el agua, decidí salir a volver a afrontar la realidad que era mi vida. Una vez vestida, Harry me dijo de hablar con Liam, opté por ello y fui a su cuarto. Piqué la puerta tres veces antes de que me abriese. Su cara era de asombro, normalmente no estaba con él.

Liam me invitó a pasar y me preguntó la causa de que estuviera allí, le conté lo poco que sabía que me pasaba y él escuchó con atención.

Tras contarlo me sentí más liberada, pero seguía sin entender nada y mi cabeza seguía hecha un lío.

-Tenías grandes preocupaciones encima eh, pequeña.- yo asentí y solté una risita al oir en mi cabeza el "es MI pequeña" de Harry- Sobre la universidad no puedo aconsejarte, sobre el tour sí, pero sobre los problemas con tus padres tampoco, en eso es mejor que te ayude Harry. Con respecto al tour, vamos a irnos el 7 de Febrero, Niall va a estar al telefono las 24 horas del día, Harry te llamará siempre que pueda. Cuando el bebé nazca siempre podreis veniros con nosotros y hacer la universidad por internet... Una cosa tengo clara, no os van a dejar solas en ningún momento, pueden ser muchas cosas, pero no abandonan a las personas que quieren.

Esos ojos verdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora