El cumple de Harry

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Según los días iba pasando, Stella y yo veíamos menos a los chicos, cada vez más ocupados por el comienzo del OTRA Tour.

Stella se fue incorporando a las clases, aunque todavía había veces en las que no se animaba a venir, o no se encontraba con ganas aunque sí quisiera. Su embarazo iba cada vez a mejor, ya no tenía esas continuas naúseas e incluso su humor había veces que era estable...

Yo iba siempre a clases, cuando podía, acompañada por Stella y, los miércoles y viernes, por Harry; esos días siempre me acompañaba a clase y me recogía. Los días en los que Stella no me acompañaba, Sabrina aprovechaba para hacerme sentir mal.

En las revistas aún no aparecía mi nombre por ningún lado como la novia de Harry Styles, lo que hacía que Stella cada vez se mofara más, aunque a mí poco me importaba, había veces que la contestaba, y otras que simplemente me dedicaba a ignorarla.

En brevas llegó el cumpleaños del Nigga, se celebró por todo lo alto, con una gran fiesta, bebidas, música a todo volumen, comida, todos los del grupo y sus respectivas novias, amigos suyos que no conocía para nada, incluso los chicoa le gastaron una broma contratando a una stripper, esto hizo que Perrie se molestara un poco al principio pero luego acabó divirtiendose igual. POr esto, todos se jugaron varios golpes por parte de Zayn por. Creo fue la fiesta más divertida en la que había estado, porque, ahora que lo recuerdo, el tonto de Louis no hizo ninguna fiesta por su cumpleaños, aunque tampoco hacía mucho que nos conocíamos...

El 30 de Enero Stella me acompañó a por un regalo para mi novio, dado que su cumpleaños era en un par de días y aún no tenía regalo para él. Paseamos por todo el centro comercial espersando encontrar algo de su agrado, pero sin demasiado éxito. Al final, en la última tienda que nos quedaba por ver, encontramos una camisa negra con dorado que supe que a Harry le encantaría, también compré un conjunto fantasía para su cumpleaños, aunque no lo usáramos esa noche, seguro que en algún momento lo haríamos.

La mañana del cumpleaños de Harry me desperté pronto y, puesto que era domingo, le dejé dormir un rato más. Bajé a la cocina con cuidado de no despertar a nadie y empecé a hacerle el desayuno a Haroldo. Conseguí prepararle unas tosatadas sin relleno (este en forma de corazón) con un huevo frito en el hueco (también en forma de corazón) y en un bol fruta troceada en forma de las letras de su nombre. Cuando acabé eran casi las diez, asi que subí y dejé la bandeja con el desayuno en la mesa de cristal, me acerqué a él y le desperté con besos en el cuello y en los labios.

-Buenos días, pequeña

-Feliz cumple, mi amor

-Gracias... espera ¿me has llamado "mi amor?- preguntó asombrado- Me gusta- dijo sin dejarme responderle- es la primera vez que me llamas así, y me encanta

Me dio un beso en la frente y empezó a comer la fruta, dándome a mí cada poco tiempo un trozo.

Cuando acabó su desayuno de cumpleaños bajamos al salón donde todos nuestros amigos gritaron "FELIZ CUMPLEAÑOS, HARRY" , Harry les agradeció y les abraz9

Miramos el reloj y ya eran más de las doce. Preparamos la comida y comimos todos entre risas, y al final le cantamos a Harry el cumpleaños feliz para comer la tarta. A las dos los chicos nos obligaron a Perrie, Stella y a mí a prepararnos. Subimos al desván y allí Perrie y yo empezamos a preparar la ropa que nos íbamos a poner, mientra Stella se duchaba. Nadie nos dijo para qué, solo que nos pusiesemos guapas, ante lo que las tres nos hicimos las molestas y poco después los chicos agregaron "más todavía si es posible", éramos malvadas.

Tardamos poco en ducharnos, pero algo más en arreglarnos y cuando bajamos eran casi las cinco. Perrie lucía un vestido largo rojo brillante, pero abierto por el lado izquierdo hasta, casi, la cadera, un maquillaje de fiesta nocturna, el pelo recogido en un precioso moño rodeado por una trenza y unos tacones dorados de cine; Stella vestía un vestido corto ceñido (aún no apenas se le notaba la tripita, asique todavía podria vestirlo) dorado, su maquillaje era practicamente inexistente, su pelo iba suelto y liso, y sus tacones combianaban con el vestido; en cuanto a mí, yo llevaba un vestido corto por delante (hasta las rodillas) y largo por detrás azul verdoso, mi maquillaje no era tan extrabagante como el de Perrie ni tan simple como el de Stella, mi pelo caía sobre mis hombros formando perfectos rizos hechos por el rizador (a pesar de que parecían autenticos), mis zaparos consiatían en unos tacones del pulsera del mismo tono que el vestido.

Esos ojos verdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora