Capítulo 11

2K 232 291
                                    

Zee:

La verdad es que mi semana en el apartamento fue mucho mejor de lo que creí, Saint llegaba en las mañanas y traía las cosas en las que debía avanzar, pero antes de trabajar siempre cocinaba para mí, lo que debía admitir, me gustaba demaciado, era bastante el tiempo que había pasado desde que alguien hizo cosas de ese tipo para mí.

También me acostumbré a Saint vestido de forma más relajada, con jeans y playeras que tenían casi todo el costado abierto, dejándome ver su torso cuando se sentaba a trabajar, también sudaderas gigantes que lo hacían lucir adorable.

Sí bien trabajábamos mucho, también es cierto que había momentos en que no aguantaba y lo sentaba en mi regazo para besar sus labios, perderme en su sabor y su tacto.

Estaba mal lo que estábamos haciendo, lo sé, él también, pero parecía que ninguno de los dos podía detenerse o al menos no queríamos hacerlo, este era el tiempo extra que necesitaba con él y odio la idea de que no podamos tener sexo, pero con las lesiones en mi cuerpo, no había mucho que pudiera hacer.

Me encontraba viviendo en una burbuja, una donde no quería dejar a nadie entrar, por eso a Mild le permitía venir sólo cuando Saint ya dejaba el apartamento, tampoco le permitía quedarse, tenía la excusa de estar cansado y querer tener espacio en la cama para no estar incómodo.

Ella está tan sumergida en arreglar los problemas que traen posponer una boda que no le ha dado importancia a mis negativas, o eso creo.

Por mucho que quería extender nuestra burbuja, también es cierto que no puedo seguir de esta forma, debo volver a mi vida, todos los tiempos se deben cumplir, sabíamos que teníamos fecha para un final y si, era bastante cercana.

Hoy me levanté más temprano y me arreglé para poder ir al médico, después de vuelta a la firma, no sé si Saint vendrá, la noche anterior tenía una segunda cita con mi amigo.

Quería saber lo que pasó en la primera, quería los detalles y más aún, que no salieran más, pero no obtuve nada, ninguna maldita palabra de lo que habían hecho, si Joss le intentó besar, si es de esa forma, quiero saber hasta donde llegaron los avances, pero nada, sé que sonará descarado, pero era mejor así, eso hizo durar la burbuja que nos cubría.

Repaso mi imagen en el espejo de mi habitación y lo único fuera de lugar es mi cuello ortopédico y la escayola, pero hoy será la última vez que las use, así que está bien.

Salgo de la habitación y tomo el maletín que dejé en el sofá de la sala, tiene los casos en los que trabajaba ayer, así que debo llevarlos, el sonido de la puerta siendo abierta me hace sonreír.

- apúrate Li Hai, debemos llevarte al médico.-

Su voz me hace girar y casi espero a verlo con sus ropas casuales, pero está vistiendo un perfecto traje para ir a la oficina, se ve supremamente hermoso como siempre, pero odio un poco el traje, eso anuncia que ya es tiempo de volver a la vida real.

-¿por qué me miras así?, no recuerdo matar a tu mascota, ni siquiera tienes mascota.-

Niego con la cabeza y me acerco a él, Saint sólo me mira atento, esperando a ver lo que haré.

Me apego a su cuerpo hasta que nuestras narices se rozan, una pequeña sonrisa se forma en sus labios y no me aguanto a besarlo, bueno nunca me aguanto, es igual de apasionado que siempre, cuando sus manos se apoyan en mi torso me alejo del beso, recibo un guiño antes de que escape de mis manos.

Amando lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora