Capítulo 10

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Saint:

Zee siempre sabe como deshacer mi decisión de mandarlo al diablo, eso me frustra de sobremanera, el día de su boda lo estaba pasando increíble con Joss, hasta que esa llamada llegó, sentía que podía soltar mi corazón por la boca, Joss no estaba mejor que yo.

Justo estábamos llegando al lugar donde sería el evento, no me sorprendió nada toda la elegancia que había en el lugar, toda la gente influyente y de dinero esperando la llegada de Zee, pero en ese momento el celular de Joss comenzó a sonar y mientras, los dos amigos restantes se acercaban, Joss recibía la noticia del choque.

Con Mew y Joss salimos a toda velocidad en dirección a la clínica, esa que sólo unos días antes había visitado, en mi mente rogaba porque Plan fuera quien recibiera a Zee, le dije a Joss que el novio de un gran amigo era médico en ese lugar, que estuviera tranquilo, aunque creo lo decía más para mí mismo.

Como rogué en mi interior era Plan quien revisaba a Zee, no pude evitar abrazar al hombre y después que me diera los detalles lo acompañé a la salida y le juré que iría con él y Mean, mi mentor, a beber café pronto, en ese punto le habría bajado la luna si me lo pedía.

Todo iba bien, tenía su mano entre las mías, la calma llegaba de apoco porque sabía no estaba tan herido, hasta que llegó ella, la idiota y superficial novia de Zee, voy a admitir que la mujer es hermosa, su cabello negro y largo, sus facciones, pero de nada sirve ser tan hermosa si eres tan idiota, punto, es mi último veredicto.

Aunque puedo ver por qué él se casaría con ella, es perfecta para él, puedo verlo en las revistas en el segmento de sociales, ella haciendo falsa beneficencia y él sonriendo como idiota, una pareja dorada, justo como la imagen de Zee se mostraba.

Ese día me fui, era claro que no me necesitaba, tenía a su novia y sus amigos para cuidar de él, la verdad creo que nunca me necesitará en ese lugar.

Después de dejar la clínica, la molestia de conocer a la chica se mantuvo un tiempo, lo que si diré, es que se me quitó cualquier remordimiento por lo sucedido con Zee, ella era una perra, todos sabíamos eso, la forma en que miraba, hablaba, todo lo que la rodea, sólo para no dejar a Zee en evidencia frente a sus amigos no jugué a poner celosa a su novia, me habría gustado mucho hacer eso, no siempre soy un alma buena.

Pero debo admitir que me lo pasé bien con Joss ese día, fue realmente divertido ir a un puesto de Hot Dogs vistiendo trajes elegantes, como nuestro plan inicial era una boda, dijo que sólo tendríamos comida de mierda, porque es lo servido en las recepciones, sólo cosas pequeñas adornadas que saben a estiércol, sus palabras, no las mías.

Después fui llevado a los juegos mecánicos, eso fue para sentir todas las emociones de una boda, cada grito sobre un juego, equivalía a un drama hecho por un invitado ebrio, resaltábamos en cada lugar que pisábamos, era como si llevarámos letreros de Neón, pero nosotros sólo nos dedicábamos a reír.

Cuando creí que nos iríamos a casa, Joss negó el escape, fui arrastrado hasta un bar que había adquirido hace poco tiempo y fui el primero en conocerlo según él, en cuanto estuve en la pista súper gigante supe que debía traer a los chicos cuando Joss hiciera la inauguración, el lugar estaba vacío porque aún está en los últimos arreglos, así que pusimos música en su celular y bailamos.

Como pensaba Joss es tranquilidad, es diversión y aceptación, todo con él es tan fácil y tranquilo, para el final de la noche era yo quien no quería que acabara, llevaba tanto tiempo sin divertirme de esa manera, de reír hasta que las lágrimas salieran de mis ojos, fue de lejos la mejor cita nunca antes vista.

Amando lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora